Dembélé y De Jong, carpetas calientes en el Barça

De Jong se lamenta en una acción del partido

De Jong se lamenta en una acción del partido / JAVI FERRÁNDIZ

Albert Masnou

Albert Masnou

Llega el complicado momento para la dirección deportiva del Barcelona de encajar las piezas que deben definir la plantilla de la próxima temporada con las exigencias de la situación económica de la entidad. El escenario no es diferente al del pasado curso: Hasta el momento, el balance ingresos-gastos es negativo. Y se habla de la activación de unas palancas no muy diferentes a las que abordó Bartomeu en su despedida. Solo que ha pasado un año y medio.

Es el momento de ser especialmente cuidadoso en el capítulo de fichajes y de traspasos pues el reto debe ser mejorar la plantilla pero con los cambios puede que pase justo lo contrario. Como ocurrió el pasado verano que, con la venta de Griezmann y la salida de Messi, el equipo se quedó sin gol durante muchos meses. Hasta que en invierno se pudo fichar para arreglar el lio provocado. El equipo se pudo clasificar para la Champions pero el balance final solo puede ser nefasto por vivir una temporada en blanco. Es por todo ello, para que no se repita, que lo que no puede hacer el Barcelona es perder potencial. Así pues, la premisa debería ser: Guarda todo lo bueno que tengas y vende lo que no te sirva.

Hay detalles que nos deben mantener en alerta porque el camino que nos enseñan no necesariamente es el de guardar lo bueno y sacarse de encima lo malo.

Hay dos casos especialmente delicados como es Frenkie De Jong y Ousmane Dembélé. El primero está en la lista de transferibles. La razón es económica pues se piensa sacar unos 100 millones de euros. Se vende para poder fichar otras piezas pero, con la ley 4:1, no todo lo que vendas van a ir al capítulo de adquisiciones por lo que la venta de De Jong no significaría la compra por valor de 100 millones. Sino de 25. ¿Y qué vas a poder comprar con 25 algo que sea mejor que De Jong? Veremos.

La otra es Ousmane Dembélé. A estas alturas no tiene oferta de renovación y se hace correr que hay acuerdo pero que su agente, el malo de la serie en todos los episodios que estamos viendo, quiere más dinero en comisión. Falta una semana para la conclusión del campeonato y Dembélé, que quiere renovar, no sabe si podrá hacerlo porque espera la oferta. Y el tiempo pasa. Lo mismo que le pasaba a Leo Messi. Que sí, que queremos renovarle pero al final se le abrió la puerta para que se fuera. Dembélé no es Messi y tendrá lagunas en su juego pero aún así es el mejor, y de largo, del ataque azulgrana en estos momentos. Así que bien se haría en acertar en las decisiones que hay por delante.