Cincuenta millones tienen la culpa

Laporta, satisfecho con todos los éxitos del Barça

Laporta, satisfecho con todos los éxitos del Barça / EFE

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Van pasando los días y del Camp Nou no se va nadie. Después del favor de las vacas sagradas Busquets y Alba, nadie está por la labor de ayudar al club. El Barça necesitaría ingresar cincuenta millones en traspasos pero está en la fase de rebajar expectativas ante la decisión de sus jugadores traspasables de no moverse de Barcelona.

Cuesta de creer que haya jugadores a los que se les ha dicho, por activa y por pasiva, que no cuentan con ellos y que ni siquiera se planteen buscar un club que les ofrezca mejores expectativas profesionales. Está claro que son ellos los que tienen la sartén por el mango y al Barça, aunque no solo el Barça puesto que es una realidad generalizada, solo le queda que pagar. La cuestión es que Ansu Fati, Ferràn Torres, Kessié y Eric García no se quieren ir y habrá que ir sumando, o restando salarios, poco a poco con jugadores secundarios, que es muchísimo más difícil todavía.

LA VERGÜENZA

Total, que el foco está puesto en quitarse de encima todo lo que sobra, básicamente los que no tienen sitio ni en la plantilla, léase Umtiti, Lenglet, Dest, Collado... A Nico no puede incluírsele en este grupo ya que no es un caso perdido y hay predisposición a encontrar una salida favorable. Son jugadores que los clubs en los que han estado cedidos han devuelto y que será difícil colocar porque todo el mundo mundial sabe que el Barça necesita desesperadamente sacar algún euro por ellos.

Para empezar, ya se ha perdido la esperanza con Umtiti, hasta el punto de que una rescisión de contrato sería vista como un mal menor. Lenglet es el más traspasable, pero el Tottenhan aprieta las clavijas sin piedad: de momento no paga más de cinco millones.

Dest no atrae clientes y Collado no pasaría de ser una operación menor. El problema de estos jugadores se llama también 50 millones, los 50 millones de la vergüenza de sus salarios. Umtiti, 20 millones; Lenglet, 16; Dest, 10 y entre Collado y un tal Gustavo Maia, 4. Con estas fichas se entiende todo, que ellos no quieran marcharse y que el Barça no pueda colocarlos. La clave: será casi imposible que el Barça haga una caja razonable con todo lo que le sobra