Opinión

La lección de las campeonas y del Girona, al Barça de Xavi

Dovbyk luchando con Araujo y Cubarsí por un balón en el Girona - Barça

Dovbyk luchando con Araujo y Cubarsí por un balón en el Girona - Barça / Dani Barbeito

Cinco ligas consecutivas es la clara demostración de que se están haciendo muy bien las cosas. Las futbolistas del Barça siguen empeñadas en hacer historia y lo demuestran partido a partido. Son de nuevo las mejores de España y están a un paso de serlo en Europa. Ellas sí que merecen que todo el barcelonismo les haga la ola.

Lo merece también el Girona que certificó su derecho a disputar la Champions la próxima temporada. Y es que, entre la ida y la vuelta, el Girona le ha endosado ocho goles al Barça. Si en lugar de un partido de Liga se tratara de una eliminatoria copera, el resultado final sería de un humillante ocho a cuatro. Desde el punto de vista futbolístico, el Barça mereció más, pero el equipo de Xavi no puede hundirse y entregar el encuentro tras un error individual. Nunca antes un equipo catalán había ganado al Barça en el partido de ida y el de vuelta en una misma Liga. Así que lo primero que hay que hacer es felicitar a Michel y los suyos. Se lo han ganado a pulso y merecen estar entre los grandes.

Por su parte, el Barça sigue viviendo en una montaña rusa. Xavi sorprendió a Michel en el planteamiento inicial, pero la imagen ofrecida durante los últimos treinta minutos es inadmisible. Fueron cuatro, pero pudieron llevarse la manita mientras nadie reaccionaba. Ni Xavi, ni el staff, ni los futbolistas... Fue un final humillante en toda regla. A todo eso, la derrota sitúa a los azulgranas en una peligrosa tercera posición que le impediría disputar la próxima Supercopa de España. Y no solo eso, la derrota azulgrana propició que el Madrid se proclame merecidamente Campeón de Liga.

En fin, que toca reflexionar de nuevo, pero sin olvidarse de seguir compitiendo. Ya podemos afirmar que el Barça ha realizado tan mala temporada como excelente ha sido para los de Michel. El himno de la Champions suena en Girona con la misma proporción que la preocupación aumenta en el Barça.

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