Opinión

Toca actuar. La imagen del Barça está en peligro

Xavi Hernández, antes del partido ante el Almería

Xavi Hernández, antes del partido ante el Almería / EFE

El partido realizado por el Barça ante el colista es para preocuparse. Ganaron, pero siguen practicando un juego insulso mientras la indiferencia de algunos futbolistas parece apoderarse incluso de los más jóvenes. Solo Fermín, Cubarsí y Lamine demostraron tener la motivación mínima que se requiere a los futbolistas de estos niveles.

Sin embargo, el juego del equipo no es lo más dramático de la situación del Barça. Lo realmente inquietante es que a dos partidos para que termine la temporada no hay nadie en el club que ponga la mano en el fuego por el actual entrenador del Barça. Nadie confirma su continuidad y son más los que aseguran que Xavi no seguirá la próxima temporada que los que apuestan porque siga en el banquillo.

Los motivos van más allá del realista, pero el dramático discurso que el entrenador realizó en su última rueda de prensa. Es normal que Laporta esté cabreado con su entrenador. El equipo no mejora, algunos futbolistas empiezan a dudar de su técnico y el relato de Xavi no coincide con la ilusión que le trasmitió al presidente hace unas semanas y, menos aún, con la habitual ilusión que siempre intenta transmitir el presidente. Así, que, tras el crudo mensaje de Xavi, algo maquillado tras el partido, al presidente solo le queda que desmentir a su entrenador, sumarse a su entristecido relato o destituirlo y buscar un nuevo entrenador.

Con la segunda plaza prácticamente asegurada ha llegado el momento de actuar. Hay que tomar decisiones. Cada día que pasa con esta incertidumbre deteriora más la relación entre el presidente y el técnico y, por consiguiente, la del entrenador y su staff con sus futbolistas. No esperen más. La imagen del Barça está en peligro dentro y fuera del terreno de juego. No alarguen más esta larga agonía. Aclaren dudas y expliquen cuales son los próximos retos del club.

El calvario futbolístico de este final de temporada sumado a la inquietante situación económica y a la dudosa gestión interna merece una larga y concisa explicación. Ha llegado el turno del presidente.

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