Árbitros: tenemos un problema

Los arbitrajes en La Liga atraviesan horas bajas. Y no por el hecho de que se hayan señalado tres penaltis a favor del Real Madrid y tres en contra del FC Barcelona en cuestión de días.

En las últimas semanas asistimos a decisiones por parte de los colegiados que no permiten concluir que se rigen por el mismo criterio a la hora de señalizar jugadas de la misma índole especialmente con las manos y con los penaltis por contactos mínimos. Las manos de Franco Russo o Serge Aurier o el penalti de Reinildo a Maffeo son solo algunos de los casos recientes.

Toda la temporada andamos a vueltas con las actuaciones arbitrales y el enfado de los que se sienten perjudicados que han encontrado en las redes sociales el lugar donde protestar. Ya son famosos los “penaltitos” a los que se han referido Ancelotti y Aspas. La cultura de la queja y de la falta de respeto a los colegiados es algo casi intrínseco a este deporte y que requiere una profunda reflexión, así como las simulaciones constantes de los jugadores.

Hace 4 años que convivimos con el VAR y resulta evidente que todavía está en periodo de desarrollo. La mayoría de los errores graves se han neutralizado gracias a la revisión de las jugadas pero no muchos otros errores que van a seguir produciéndose.

Ni los aficionados, ni lo que es peor, los propios implicados de este deporte (entrenadores, futbolistas, presidentes) entienden al cien por cien los supuestos en los que interviene porque han ido variando en función de los actores que haya en el césped y en la sala VOR. Los mejores en España como Del Cerro Grande o Mateu Lahoz (uno de los dos opta al Mundial) también están implicados en situaciones controvertidas y cuando se equivocan se perjudican a si mismos.

Y si el estamento arbitral saliera a dar explicaciones? me consta que ya hay dentro del colectivo quienes se muestran partidarios de ello para poder defender sus decisiones. Recientemente, el presidente del comité técnico de árbitros, Luis Medina Cantalejo, decía: “A lo mejor quienes no tienen los criterios muy claros son las personas que enjuician los temas”.

Pues salgan a hablar y explíquenlo. Se humanizarían, habría menos especulaciones y más transparencia. Esto ya está sucediendo en la Bundesliga. Los colegiados alemanes están empezando a comparecer tras los encuentros para analizar el desarrollo de los partidos. Igual que están parando encuentros para que los futbolistas musulmanes se hidraten en pleno Ramadán. El fútbol debe seguir evolucionando si no quiere involucionar.