Crónica general

La victoria de Illa refrenda la estrategia de Sánchez y el auge del PP alivia a Feijóo

El PSC gana de manera rotunda, pero con una aritmética difícil que mantiene al Gobierno central a expensas de ERC y Junts en Madrid

El PP resucita, multiplica por cinco los escaños y podrá llegar con más garra a las elecciones europeas de junio 

Salvador Illa gana y barre la mayoría independentista, pero la gobernabilidad queda en el aire

Sánchez y Feijóo, en una reunión que tuvieron en diciembre en el Congreso.

Sánchez y Feijóo, en una reunión que tuvieron en diciembre en el Congreso. / Mario Pratdesaba /ACN

Pilar Santos

Pilar Santos

Menos ‘procés’ y más convivencia. Ese podría ser el resumen de estas elecciones catalanas que tendrán, una vez más, impacto en la política nacional. El triunfo rotundo del PSC ha permitido que Pedro Sánchez supere con nota el examen a su ‘plan para la convivencia’, que ha incluido estos últimos años la amnistía a los dirigentes independentistas del 1-O, los indultos, la derogación de la sedición y la reforma de la malversación. Los catalanes han premiado esa estrategia de los socialistas con 42 escaños,  han dejado segundo a Carles Puigdemont (35, dos más de los que tenía) y han castigado severamente a ERC. Pere Aragonès se equivocó adelantando las elecciones y ha hundido a su partido de 33 a 20 diputados. Al final, todo le ha salido torcido: Salvador Illa (PSC) no se vio afectado por las mascarillas del ‘caso Koldo’ y Puigdemont se presentó a los comicios. 

Hay varias opciones (PSC y Junts suman claramente), aunque la salida que se avistaba como más probable este domingo por la noche en las sedes madrileñas de los principales partidos era la de un Gobierno en minoría de Salvador Illa (PSC) después de ser investido con la ayuda de ERC y los Comuns-Sumar. Esa posible opción dejará a ERC y sobre todo a Junts con las manos todavía más libres para plantear exigencias en el Congreso de los Diputados a Sánchez, que les sigue necesitando para seguir avanzando en esta legislatura de inestabilidad parlamentaria. 

El 'televoto' a Puigdemont

El amplio apoyo en las urnas a Puigdemont (que este domingo había quien lo comparaba con el televoto 'troll' a Israel en Eurovisión por aquello de apoyar lo que más irrita a Madrid) parece que no le servirá de nada esta vez, aunque el 'expresident' de la Generalitat dijo desde Argelers (Francia) que tendía la mano a ERC para "construir un Govern sólido". El dirigente catalán está pendiente, además, de la aprobación definitiva de la ley de amnistía, algo que no llegará, según está previsto, hasta el 30 de este mes.

Sánchez podrá sacar pecho del resultado global: los partidos nacionalistas e independentistas no suman y el PSC logra por primera vez ganar en votos y en escaños. Toda una bendición de los catalanes a su plan después de una década de ‘procés’ y ruptura social, aunque su contraparte, Alberto Núñez Feijóo, también podrá blandir su resultado, porque es la formación que más crece (más del 7% de los votos). El PP ha resucitado en Catalunya. Después de caer a los tres escaños en 2021, su peor cifra de la historia, este domingo escaló hasta los 15, así que los populares también se ven reforzados en su batalla contra la amnistía, aunque en estas elecciones no han convertido la medida de gracia en su principal eje de campaña porque ya daban por hecho que estaba amortizada. 

Dos partidos ultras

El alivio fue grande en el equipo de Feijóo. El PP no solo multiplicó por cinco los escaños que tenía, sino que también consiguieron un objetivo sobrevenido durante la campaña: quedar por encima de Vox. Antes de que empezara la carrera de mítines daban por hecho que lo harían, pero sus propios sondeos internos y también los externos les daban un empate técnico en los mejores de los casos y, en algunas encuestas, al partido ultra por delante. Finalmente,la formación de Santiago Abascal, con Ignacio Garriga de cabeza de lista, se ha quedado igual, con 11 parlamentarios. Según fuentes de la dirección popular, el PP ha captado votos de los socialistas enfadados por la amnistía y ha absorbido todos los de Ciudadanos, que se queda sin representación en el Parlament.

Esta carrera entre las derechas permite a Feijóo llegar con más garra a la campaña de las elecciones europeas del 9 de junio, que serán un cara a cara con Sánchez y en las que tiene que demostrar que el supuesto cambio de ciclo que el PP marcó en las generales de julio de 2023 todavía sigue activo. Para el político gallego ese triunfo será como un relajante a nivel interno donde a la mínima se empieza a mirar a Isabel Díaz Ayuso y Juanma Moreno.

La otra formación ganadora de esta noche es Sílvia Orriols, la candidata de Aliança Catalana, un partido independentista y de extrema derecha. Primera vez que se presenta y entra directamente con 2 diputados. Orriols llegó a ofrecer gratis sus votos a Puigdemont, algo que al final no ha servido de nada. Catalunya se ha convertido en la primera comunidad autónoma que tiene representación en su Cámara de dos formaciones de ultraderecha. 

Ciudadanos, peor que el PACMA

Ciudadanos, con el resistente Carlos Carrizosa al frente, no consiguieron mantener ni uno solo de los seis diputados que tenía. Obtuvo 22.357 papeletas. En las elecciones de 2017, las del 155, fueron los más votados y sacaron 36 escaños. Hasta el Partido Animalista Con el Medio Ambiente (PACMA) ha quedado esta vez por delante de ellos. El PACMA también superó en las elecciones gallegas de febrero a Podemos, el otro gran partido de la llamada ‘nueva política’. Los Comuns-Sumar tampoco pasan por un buen momento, ya que han caído de 8 a 6, aunque podrán compensarlo si se convierten en determinantes en un Gobierno en solitario de Illa. Cerrada la campaña y contados los votos, se abre el periodo de las negociaciones.