Iniesta se puso el traje de mago y llevó al Barcelona a la final

La baja de última hora de Leo Messi, con un cólico nefrítico que le impidió estar en la semifinal del Mundial de Clubes, fue menos grave de lo que se preveía en la previa gracias a la actuación magistral de Andrés Iniesta.

El de Fuentealbilla jugó un partido enorme, de los que le definen como futbolista, y llevó a su equipo hasta la final, que se jugará frente al River Plate el domingo. 

Iniesta, desde el primer minuto, llevó el peso del encuentro desde el centro del campo. A los pocos minutos del inicio, se puso el traje de mago y empezó a repartir asistencias entre los delanteros. La primera de ellas dejó solo a Munir frente al meta chino, Li Shuai, que evitó el gol del canterano. Iniesta volvió a dar otro balón a Munir, esta vez desde la banda izquierda, pero el delantero, de cabeza, tampoco supo concretar.

El capitán del Barcelona no se rindió y siguió aportando soluciones al ataque azulgrana ante una defensa muy poblada del conjunto chino. El segundo tanto del equipo de Luis Enrique nació de sus botas. Tras una dejada atrás de Luis Suárez, Iniesta lo dejó solo ante la meta del Guangzhou y el uruguayo no falló, sentenciando la semifinal. 

Luis Enrique premió el partidazo de Iniesta dándole descanso e los últimos diez minutos, cuando apareció Sergi Samper sobre el césped. El capitán ya puede descansar pensando en la final del domingo.