Alcaraz debuta con susto en el Masters de Madrid

Carlos Alcaraz sufrió de lo lindo en su debut en el Mutua Madrid Open, pero después del susto supo resolver la situación y sin ofrecer un gran tenis acabó por imponerse al finlandés Emil Ruusuvuori por 2-6, 6-4 y 6-2.

Carlos se metió en serios problemas frente a Ruusuvuori, un jugador al que solo se había enfrentado en una ocasión, en 2021 en Miami, y el triunfo acabó del lado del finés. Estaba avisado pues el murciano de la eficacia de este jugador de 24 años acabados de cumplir y que basa su juego en la agresividad en sus golpes. El partido arrancó con aparente normalidad. Ruusuvuori ganó su saque de entrada, Alcaraz ganó el siguiente en blanco... nada fuera de lo escrito en el guion inicial.

Alcaraz, desconocido en la pista

Fue a partir de ahí donde empezó a torcerse el asunto para Carlitos en la primera manga cuando el finlandés con dos juegos en blanco y un break se puso 1-4. Parecía que le faltaba gasolina a Alcaraz. Como si estuviera pasando por un momento de bloqueo del que no encontraba una salida. Era algo normal si tenemos en cuenta que viene de ganar el título en Barcelona. La exigencia que le pide a su cuerpo tiene momentos de debilidad, nada fuera de lo normal.

Tanto fue así que acabó cediendo el primer set concediendo un nuevo break a su adversario. Malas noticias para Carlos, que no encontraba soluciones. Le faltaban ideas. intensidad y algún punto para levantar el ánimo y darle la vuelta a la situación.

Trabajo y sufrimiento

Pero en lugar de conseguir un puntazo de esos que te cambian las energías del cuerpo y la mente, lo que hizo Alcaraz fue encontrar la respuesta en el trabajo, en el sufrimiento, masticando cada golpe, cada punto, cada juego... poco a poco fue adaptando su juego a las necesidades para pasar de dominado a dominador.

La clave estuvo en el sexto juego donde Alcaraz salvó hasta cinco bolas de break después de casi 12 minutos y logró igualar el marcador (3-3). A partir de ahí, pese a que no estaba fino en su juego, fue de menos a más, creciendo poco a poco en la pista y rompió el servicio de su rival en el siguiente parcial para acabar llevándose la manga y empatar el partido. Pudo respirar tranquilo. Quedaba mucho trabajo por hacer, pero se había salvado un momento más que delicado.

Mejor en el tercer set

En la tercera y última manga Alcaraz apareció ya con sensaciones algo más positivas y de entrada se puso con 2-0. Juan Carlos Ferrero desde la banda le iba guiando para que saliera del bache. Le pedía intensidad, le pedía dejadas, le pedía que moviera a Ruusuvuori porque pese a que arrancó bien los nubarrones no estaban del todo despejados.

Empezaron a funcionar los primeros saques y los restos del finlandés dejaron de ser tan mortíferos. Poco a poco Alcaraz se fue adueñando del partido, empezó a permitirse dejadas desde atrás, y a sentirse más fluido en la pista.

Del puntaco a ganar el partido

Y por fin llegó ese puntaco que levantó a toda la grada llegando a una bola imposible, un globo y un mate y punto estratosférico para subir el 0-30 con 3-1 en el marcador. Se convirtió en un break en blanco el juego y con el 4-1 empezó a divertirse algo más en la pista, a jugar más suelto y dar a entender a Ruusuvuori que había vuelto. A partir de ahí se dedicó a rematar el partido para clasificarse para la siguiente ronda obedeciendo a rajatabla las indicaciones de la banda.

Allí le espera el búlgaro Grigor Dimitrov, un jugador que sin duda obligará a Carlitos a dedicarle un tenis de extraordinario nivel para poder superarle. Dimitrov superó al francés Gregoire Barrere en un duro partido que solventó en dos igualados sets por 7-6 (6) y 7-6 (2).