El Girona cae en los penaltis ante el Nápoles

Los rojiblancos plantaron cara al vigente campeón de Italia (1-1)

Hasta ahora los de Míchel habían sumado tres victorias y un empate

Los jugadores del Girona, durante el partido contra la Lazio

Los jugadores del Girona, durante el partido contra la Lazio

Marc Brugués

Resistió como pudo el Girona, que continúa sin conocer la derrota. En plena fase de crecimiento, dejadas atrás las primeras gotas de sudor en los amistosos anteriores, el Nápoles se presentaba como el rival más fuerte de todo el verano. Pero una vez más, y esto ya no es ninguna sorpresa, los gerundenses han tratado a los italianos de tú a tú, consiguiendo un meritorio empate (1-1). Es el campeón de Italia, sí, pero el Girona es el Girona. A pesar de que tenga bajas, le falten centrales, no disponga de Oriol Romeu y tenga que dar minutos a chavales de la cantera, la plantilla sabe competir. Parece que sea un ADN incorporado que se traslada de generación en generación.

Es cierto que el Girona ha ido de más a menos, soltándose al principio, cuando todo empezaba, y echándose atrás cuando el Nápoles sacó la caballería; es decir, los titulares. Esto no ocurió hasta el tramo final del partido y todavía tuvo Almena una ocasión brillante que podría haber decantado un duelo que sirve para acumular carga y reforzar la confianza cuando falta una semana y media para empezar la Liga en Anoeta.

Stuani, pillo, demostró que los años no pesan y que Dovbyk, un fichaje más que encarrilado, se tendrá que poner las pilas si quiere ser titular, porque delante tendrá la competencia del máximo goleador de la historia del club. El uruguayo aprovechó un regalo de la defensa napolitana para rematar a placer y sin oposición, definiendo con brillantez.

Solo el árbitro estropeó el marcador, silbando un penalti rigurosísimo de Arnau, y transformado por Gio Simeone, hijo del Cholo, el entrenador del Atlético de Madrid, que engañó a Juan Carlos. El portero rojiblanco estuvo decisivo en la segunda parte con varias paradas de mérito. En plena avalancha del Nápoles, el ataque del Girona desapareció, sí, pero la defensa, liderada por Bernardo estuvo más despierta que nunca.

Sin entender el motivo, acabados los noventa minutos ambos equipos se enfrentaron en una tanda de penaltis en que se impuso el Nápoles (3-1), después de los errores de Pau Victor, Callens y Couto. El equipo de Míchel cerrará los amistosos de verano el fin de semana con un doble enfrentamiento contra la Andorra (sábado) y la Lazio en el Trofeo Costa Brava en Montilivi (domingo). Los resultados en verano no valen nada, pero hasta ahora, en los cinco partidos jugados, acumula tres victorias y dos empates. Buenas noticias, sin duda.