Alicientes extras de ser segundo para el Girona

La diferencia entre acabar segundo o tercero, más allá del billete para la Supercopa, también es de un puñado de millones de euros.

El dilema de Miguel Gutiérrez: ¿Vuelta al Bernabéu o Champions con el Girona?

El retorno más esperado del mejor Dovbyk

El retorno más esperado del mejor Dovbyk / EFE

Marc Brugués

Sin jugar, el Girona puede alcanzar el mayor hito de su historia. Si el Athletic Club pierde en Getafe, el conjunto gerundense estará, matemáticamente, clasificado para la edición de la próxima temporada de la Champions League. Un hito sin precedentes para un club cuya supervivencia ha colgado de un hilo más de una vez hace no tanto y que apenas suma cuatro temporadas en Primera.

Si el Athletic puntúa, calma, habrá más oportunidades para alcanzar un objetivo que debe caer más pronto que tarde. El mismo sábado, en la visita del Barça a Montilivi podría hacerse realidad en caso de igualar el resultado de los vascos, empate o victoria. Sea como fuere, que el Girona jugará la Champions League el próximo curso es un hecho y falta tan sólo saber cuándo será y cómo se celebrará.

A partir de ahí, los de Míchel habrán alcanzado un hito impensable que se añadirá a la larga lista de imposibles que esta temporada el mejor Girona de la historia ha alcanzado. Y es que una vez certificado el acceso a la máxima competición continental, al vestuario gerundense se le dibuja otro reto aún más ambicioso a la vez que factible: el segundo puesto en la clasificación.

La diferencia de ser segundo o tercero

Poca broma, que no es una anécdota. La diferencia entre ser segundo y tercero, tanto deportiva, porque permite disputar la Supercopa, como económicamente, porque es un pico de los gordos y más para un club pequeño como el Girona.

La diferencia que separa el segundo del tercero es variable, pero esta temporada ha superado los siete millones de euros. Desde 2015, la posición en la clasificación final hace variar los ingresos que reciben los clubs de los derechos televisivos. De entrada, por decreto ley, todos los equipos de Primera se reparten la mitad del total (1.427 millones) que ingresa la Liga de las televisiones.

Así, cada club ha recibido este ejercicio 35,6 millones de euros. A partir de ahí, el resto de la tarta varía en función de la clasificación en un 25% y en otro 25% de acuerdo con la implantación social de los club (abonos, taquillas, generación de recursos para la comercialización de las retransmisiones). El baremo clasificatorio ha permitido que esta temporada al Girona le correspondieran, aparte de los 35'6 fijos, otros 9'81 millones por haber terminado décimo el curso pasado y por el resto de resultados de los últimos cinco años.

Diferencia de siete millones de euros

Para cuantificar la cifra por méritos clasificatorios de los últimos años, se valoran los de la temporada en curso en un 35%, la penúltima en un 20% y las otras tres en un 15%. Este año la diferencia entre el segundo y el tercero clasificado ha sido de unos siete millones. En este sentido, si tomamos los números del pasado curso, el segundo, el Madrid, se llevó 53'51 millones, por los 46'38 del Atlético, tercero. Lo seguro es que el Girona ingresará una cifra bastante superior a los 45 millones de este año, que incluso podría doblar.

No se acaban aquí las diferencias entre uno y otro lugar porque la segunda posición envía directamente al club hacia la Supercopa que se disputa en Arabia y donde los clubs también se reparten el pastel de los ingresos. Eso sí, habría que ver qué parte iría al Girona, si estaría más cerca del 1'8 millones que le han tocado a Osasuna o bien de lo que suele cobrar el Barça, habitual primero o segundo y que el próximo curso no estaría, y que se lleva un mínimo de 2'8 millones sólo por participar. El ganador y el finalista ganan dos y un millones extra respectivamente. Además, la Federación destina una partida de 300.000 euros a cada club por alojamiento y desplazamiento.

TEMAS