España, a levantarse tras la decepción y a luchar por el bronce

El mazazo del viernes fue enorme. Tras una primera parte en la que fue superior a la actual campeona universal y continental, España se dejó pasar por encima por Portugal, que liderada por el sobresaliente joven Zicky Té acabó por llevarse la victoria (3-2).

El problema es que ya llueve sobre mojado y que en Amsterdam se ha repetido en gran medida el guión de las últimas derrotas oficiales ante los lusos el año pasado en los cuartos de final del Mundial y en 2018 en la final de la anterior Eurocopa (aún con José Venancio López en el banquillo).

Por tanto, la heptacampeona cumplirá por primera vez dos Eurocopas sin presencia en la final y ahora debe centrarse en luchar por no quedar apeada del podio por primera vez en la historia del torneo. El lunes ya será momento para hablar de un cambio de ciclo que todo apunta que podría llevarse por delante al seleccionador Fede Vidal.

La Roja se enfrenta este domingo a Ucrania a las 14.30 horas (Teledeporte) en la lucha por la medalla de bronce en lo que será una reedición de la final de 2001, cuando la selección que dirigía Javier Lozano (actual presidente de la LNFS) venció a los exsoviéticos por 1-2 en la prórroga con tantos de Alberto Riquer y de Javi Sánchez.

Los ucranianos también se llevaron una importante decepción en la semifinal ante Rusia en un duelo cargado de condicionantes por el enfrentamiento casi prebélico que mantienen ambos países. Al final, normalidad en la pista, cánticos vomitivos de una parte de los aficionados de la 'Sbirna' y victoria rusa por 3-2 con un penalti fallado por Shoturna en el último minuto.

"El de este domingo es un partido que a nadie le gusta jugar. Todo el mundo quiere estar en la final, pero es un partido que queremos ganar. Tenemos que reponernos de este duro golpe que hemos sufrido y pelear por conseguir el tercer puesto", explicó un Fede Vidal que no podía esconder su decepción pero que defendió con firmeza a sus jugadores.

Rusia-Portugal, la final

Portugal está ofreciendo una gran demostración de madurez en esta Eurocopa tras el adiós a la selección de su gran referente de la década, Ricardinho, nada más conseguir el oro mundialista en Lituania el pasado otoño.

Sin el ex de Inter, los lusos se han convertido en un bloque aún más solvente que es capaz de salir airoso de todas las dificultades, quizá ya sin tanta brillantez pero con un derroche físico y táctico aún mayor y con Zicky Té como gran nombre propio.

A sus 20 años, el mejor jugador joven del planeta fue clave en la remontada ante España con sus dos goles en la recta final y esta domingo tratará de ser protagonista otra vez en la gran final del torneo ante Rusia (17.00 horas, Teledeporte).

Tras sufrir hasta el último minuto ante Ucrania en semifinales, Serguei Skorovich recupera para la final a dos piezas clave que se perdieron por sanción el partido del viernes: el genio Artiom Antoshkin y el rusobrasileño Robinho.