La contracrónica: Por ahora salir y disfrutar

El Barça femenino cayó en la Final de la Champions ante un todopoderos Lyon

Oshoala, la primera azulgrana en marcar en una final de Champions

Oshoala la primera azulgrana en marcar en una final de Champions / MEDIAPRO

Àngels Fàbregues

Àngels Fàbregues

Concentradas. Venían a disfrutar de un momento histórico pero para nada aparcaron su profesionalidad. En el calentamiento previo a tope, en el partido a tope y después a tope. Como siempre. Como son ellas. Con la misma actitud que les ha llevado hasta esta final histórica. 

Era importante, muy importante, un momento de los que no se olvidan. “¡Una final de la Champions! ¿Sabes lo que es eso?”, decía Carme Nieto una de las siete pioneras que no han querido perderse algo que ni siquiera soñaron cuando allá en los años setenta empezaron a dar forma al fútbol femenino en Can Barça. 

El lleno en el palco con el presidente Josep Maria Bartomeu al frente era la mejor prueba de que algo grande estaba pasando en un Ferencváros Stadium prácticamente lleno. 22.000 aficionados.

Pero el fútbol pone a cada uno en su sitio y el de campeón de Europa es sitio, a día de hoy, para el Olympique de Lyon. Hace cuatro años que se instaló en él y de momento de ahí no se mueve.

El Barça está creciendo a pasos agigantados, está ya allí arriba, casi en la cumbre, pero al lado del OL es donde ves que estos pocos metros hasta la cima son los más complicados, los duros de verdad, donde la falta de oxígeno penaliza muchísimo. El Barça perdía 0-4 al descanso. Aguantó en el segundo tiempo. <strong>Lucharon como jabatas.</strong> Tuvieron varias ocasiones para materializar ese gol. Ese ansiado gol que no servía para ganar el partido, que no servía para levantar la Copa de Europa pero sí para la historia. Un gol con nombre y apellido: el primer gol del Barça en una final de Champions. 

Y llegó. Vaya si llegó. Oshoala en el minuto 88 puso su nombre en los anales de la historia del Barça. Un gol que aplaudieron los 1.500 aficionados culés que se desplazaron a Budapest, también el palco donde estaban directivos del Barça, dirigentes del deporte español y catalán, autoridades varias o por ejemplo el periodista Pedro Piqueras, quien vive a caballo entre Madrid y Budapest y no quiso perderse la final, o Hamraoui, jugadora del Barça ex Olympique de Lyon que estaba en la grada sancionada animando como una más. O el grupo de las pioneras del Barça femenino, o el grupo de las veteranas del Barça femenino... o los miles de telespectadores que estaban con esas 11 chicas que lo dieron todo en el césped. 

Fue el gol del amor por este deporte, el gol de la lucha de tantas y tantas mujeres, muchas de ellas ayer en el campo que vivió esa histórica final. Final que acabó con abrazos, lágrimas, felicitaciones, emoción y tristeza en partes iguales.

El Barça salió a disfrutar pero quedan algunos años para salir, disfrutar y ganar.