Un pueblo español toma medidas contra la invasión turística

El encanto de Binibeca Vell radica en sus estrechas calles empedradas y sus pintorescas casas blancas, un destino que ha seducido a viajeros de todo el mundo. Sin embargo, este idílico pueblo de Menorca se ha visto abrumado por la afluencia turística, lo que ha llevado a sus habitantes a tomar medidas drásticas. Ante la creciente masificación, la comunidad de propietarios ha decidido restringir el acceso público durante la mayor parte del día, limitando las horas de visita entre las 11 de la mañana y las 8 de la tarde.

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El turismo desenfrenado ha generado preocupaciones entre los residentes locales, quienes han observado cómo el encanto de su pueblo se veía eclipsado por las multitudes de visitantes. Con aproximadamente 800.000 turistas llegando cada año, la comunidad ha considerado crucial proteger la autenticidad y el carácter de Binibeca Vell. La decisión de restringir los accesos pretende preservar la tranquilidad y la belleza natural de esta joya menorquina, evitando así los efectos negativos de la masificación.

Esta medida, que entra en vigor este mes de mayo, marca un punto de inflexión en la gestión del turismo en la zona. Los propietarios de las 195 casas del pueblo han expresado su firme compromiso de encontrar un equilibrio entre el disfrute de los visitantes y la preservación del patrimonio local. Con esta acción, Binibeca Vell envía un mensaje claro sobre la importancia de proteger sus recursos naturales y culturales frente al turismo descontrolado.

La pequeña 'Mykonos' menorquina busca así recuperar su esencia, ofreciendo a los turistas una experiencia más auténtica y respetuosa con el entorno. Con la esperanza de garantizar un futuro sostenible para su comunidad, Binibeca Vell da un paso valiente hacia un modelo de turismo más responsable y consciente.