El Espanyol no sale del bache

A la cuarta tampoco fue la vencida. Derrota en Oviedo y empates ante Zaragoza, Andorra, Burgos y gracias. Porque el conjunto de Bolo se puso por delante en el marcador hasta en tres ocasiones y la capacidad de remontada se quedaba siempre corta para los de Ramis. Un punto que es insuficiente y que podría dejar al Espanyol a cuatro puntos del ascenso directo y a siete del liderato si ganan Valladolid y Leganés.

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Al Espanyol le pesó esta mochila más de la cuenta en los primeros minutos de encuentro. El Burgos, que llegaba en una fantástica dinámica a domicilio con tres victorias seguidas, mandaba el primer aviso con un remate de Grego de cabeza que se marchaba cerca de la portería de Pacheco.

Avisaron una vez, pero no dos. Un pase buscando la espalda de la defensa perica encontró a Edu Espiau que descargó para la llegada de Appin que con un remate con la zurda batió la portería del Espanyol y adelantaba a los de Bolo. El nerviosismo se apoderaba del Stage Front Stadium que sin embargo se encontró con un regalo de Navidad.

Error monumental en la defensa del Burgo con un pase atrás donde ganó la partida Braithwaite y batió a Caro para poner el empate apenas dos minutos después del 0-1. A partir de ahí, el conjunto de Ramis tomó el control del choque con alguna que otra ocasión de gol pero sin acierto cara a puerta, y lo pagó.

El Burgos se reactivó en el descuento de tres minutos de la primera mitad y primero Edu Espiau en el mano a mano con Pacheco que terminó en saque de esquina, y después el servicio de córner golpeó al Espanyol. Grego Sierra en el segundo palo ponía el 1-2 al filo del descanso que desató los pitos de la afición blanquiazul para los suyos en el viaje hacia los vestuarios.

La empanada perica se prolongó en los primeros compases del segundo tiempo que pudo terminar con el 1-3. Error de Calero, Espiau que da un pase horroroso para Bermejo y el Espanyol que se salvaba del tercero. Si no había suficiente con la de Calero, Aguado se metió en otro lío y Bermejo volvió a perdonar con un remate por encima de la portería de Pacheco.

Buscó Ramis soluciones desde el banquillo con la entrada de Keita Balde y revolucionó el ataque perico. El Burgos dio dos pasos atrás a media hora del final y lo pagó. A la salida de un córner, Sergi Gómez recogió la peinada para poner el tiro con su zurda fuera del alcance de Caro y poner el 2-2 con mucho por delante. La mezcla de emociones en Cornellá.

Porque a partir del gol, fue el Burgos el que apretó. Edu Espiau era una pesadilla para la defensa perica y Atienza perdonaba también el 2-3. Y claro, era un partido donde el que buscaba premio, lo acababa encontrando. Curro, a 15 minutos del final, remataba a las mil maravillas una gran jugada de los de Bolo para poner, ahora sí, el 2-3.

La dinámica, como todo el partido, iba a ser la misma. Cuando los de Ramis iban a remolque, funcionaban. Y por tercera vez, logró empatar en un doble remate de Puado a diez minutos del final. Lo intentó hasta el final el Espanyol, pero no hay manera y los nervios van creciendo.