Festival de Eurovisión

Eurovisión 2024: la organización expulsa a Países Bajos, última hora en directo

La gran final del festival europeo de la canción se celebra este sábado en la ciudad sueca de Malmö

Final Eurovisión 2024, hoy en directo: última hora sobre la expulsión de los Países Bajos y la actuación de España

Pedro del Corral

Por todas las veces que la llamaron zorra. Por aquellas situaciones en las que se sintió marginada, subestimada y humillada. Por quien la juzgó con una mirada de odio. Por los éxitos que nunca disfrutó y las derrotas que siempre cargó. Por los prejuicios que lleva 56 años intentando olvidar. Por ella misma y por las mujeres que aún no se atreven a reivindicarse, María Bas se ha plantado en Eurovisión. Con el aplomo de una diva ha paseado sus heridas por el escenario y, entre ovaciones y vítores, ha culminado una batalla por resignificar un insulto que hoy empieza a doler menos. Cantarse sin complejos le ha valido un puesto 22: Nebulossa no ha ganado el festival, pero tampoco era el objetivo. Su grito de guerra ha pellizcado a Europa. Y, aunque el Micrófono de Cristal lo ha levantado Suiza, no hay mayor triunfo que tender la mano a quienes siguen buscando su libertad.

En la Europa de Giorgia Meloni, Viktor Orbán y Marine Le Pen, España ha planteado un debate feminista. Es la primera edición que, desde su debut en 1961, ha liderado una candidatura de tal calado político. Que Mark y María hayan extendido su mensaje por el Viejo Continente resulta, cuanto menos, revolucionario. Frente al auge de la ultraderecha, ellos han cantado zorra en italiano, zorra en sueco, zorra en francés, zorra en inglés, zorra en serbio… Esta noche, el público ha festejado su hazaña cuando, al colocar el micrófono, el Malmö Arena coreó al unísono “Soy más zorra todavía”. Una celebración que, irónicamente, no ha terminado reflejándose en las votaciones: Nebulossa ha recibido 30 puntos, a pesar de haber mejorado la propuesta que defendió en el Benidorm Fest.

Así fue la actuación de Nebulossa en Eurovisión 2024

Lucía Feijoo Viera, PI STUDIO

El dúo ha estado hipnótico, pero demasiado estático. Lo que sumado a una escenografía nada acorde no ha logrado enfatizar el potente mensaje que tenía entre manos. En cualquier caso, ha sido una de las pocas banderas que ha conseguido poner en efervescencia a la masa. Todo un hito cuando, hace justo un año, realizaron un concierto en Ponferrada al que no asistió nadie. Este sábado, en cambio, el aforo se ha disparado a 200 millones de personas. Su historia, tan honesta como vibrante, salpicada de polémicas absurdas y comentarios machistas, se ha convertido en el mejor arma contra quienes siguen juzgando a las mujeres. No escogimos a Nebulossa sólo para divertirnos en Eurovisión, sino para prender la mecha de un cambio inexcusable. Una meta relevante en la edición más politizada de la historia del certamen.

[Así hemos vivido en directo el festival de Eurovisión 2024]

Suiza ha sido el único país capaz de arrebatar el trofeo a Israel. Nemo se suma, así, al título que hasta ahora ostentaban Lys Assia (1956) y Céline Dion (1988). Gracias a una actuación sublime, donde ha dejado patente su capacidad vocal, el artista ha confirmado los buenos augurios que pronosticaban las casas de apuestas. La autenticidad que rodea su proyecto ha sido su principal baza: si por algo ha trascendido es por haber hecho de su directo un alegato de superación. En ella habla del camino que trazó al descubrir que no se siente ni hombre ni mujer. The Code, por tanto, es un canto de amor a sí mismo. A alguien que, tras desnudarse sobre las tablas, se ha vuelto en un estandarte de la comunidad LGTBIQ+. Un abrazo hecho música para templar una cita en la que se han sucedido abucheosmanifestacionesamenazasdescalificacionesboicots

Así fue la actuación de Nemo, el ganador de Eurovisión 2024

Lucía Feijoo Viera, PI STUDIO

La tensión de Israel

La participación de Israel (05) ha sido controvertida. Y peligrosa, obvio. La Unión Europea de Radiodifusión (UER) debió haberlo previsto cuando aceptó su solicitud. De nada han servido los aplausos enlatados con los que han intentado maquillar las pitadas durante su actuación: mientras Eden Golan cantaba, su país seguía matando personas en Gaza. Su presencia sólo ha generado una tensión feroz e innecesaria en un concurso cuya naturaleza dista bastante de estos valores. Así lo han transmitido esta semana, mediante gestos y ausencias, distintos aspirantes en las ruedas de prensa. La movilización masiva de sus ciudadanos y la victimización de su intérprete les ha acercado a la victoria más dudosa del certamen: la canción, que es la clave en este formato, en esta ocasión, no merecía siquiera pasar a la final.

No ha habido desplantes en el desfile de banderas ni comentarios fuera de lugar. Se esperaba alguna referencia sobre la guerra que, finalmente, no ha terminado de llegar. Bambi, de Irlanda (06), ha sido la única en dejarse caer: “El amor siempre gana al odio”. Mientras que Iolanda, de Portugal (10), se ha pintado las uñas con símbolos palestinos. Un gesto que la UER, en su Instagram oficial, ha censurado publicando una vídeo de los ensayos. Sin embargo, el tira y afloja que ha azotado al festival en las últimas horas ha dejado temblando su credibilidad.  

Es cierto que Ucrania (03) venció en 2022 por motivos extramusicales, pero el sentimiento que despertó entonces fue la solidaridad. Un clima que, dos temporadas después, han intentado recrear con 'Teresa & María'. En el caso de Israel, la respuesta estaría en las antípodas. Han hecho falta tres días para darse cuenta de ello. Una discusión que, pese al buen hacer de Suecia, ha empañado una gala dinámica, entretenida e ingeniosa. El homenaje a ABBA por el 50 aniversario de su coronación con 'Waterloo' ha pasado desapercibido, como también ha ocurrido con los pases de Letonia (16), Noruega (25), Alemania (12), Serbia (17) Georgia (21). Por momentos, el foco parecía estar sólo en Twitter, donde la rabia ha tomado mayor protagonismo que la música. Pocos han sido, en realidad, los que han comentado la estridencia de Finlandia (19), el éxtasis de Austria (24) y el gancho de Armenia (08).

Lasaña y 'ouija-pop'

La gran favorita para ganar, Croacia (02), no ha terminado de brillar entre tanta oscuridad. Heredero de Käärijä, el rapero que portó la enseña de Finlandia en 2023, Baby Lasagna ha hecho justo lo que se esperaba de él: un recital descarado y provocativo que, si bien ha enamorado a la multitud durante la carrera eurovisiva, no ha sabido mantener viva la expectación. Este es, claro, el riesgo que conlleva ser el preferido de la audiencia durante meses. Todo lo contrario que Irlanda, que empezó tímida su camino hasta destapar sus cartas en los ensayos: su ouija-pop, un género no apto para cualquiera, ha ido ganado adeptos gracias a una 'performance' única que le ha ayudado a diferenciarse del resto. Un aspecto esencial en competiciones como ésta para no pasar inadvertido. Tenía, sin duda, el paquete más completo de la velada

Países Bajos era otra de las candidaturas más redondas. Sin embargo, un “incidente” con una trabajadora del festival que aún se está investigando ha provocado su descalificación. Por su parte, Italia (07), Reino Unido (18) Francia (04) han aprovechado las oportunidades que la SVT, el ente sueco, les ha proporcionado: son, posiblemente, las dos propuestas que mejor realización y concepto han tenido. Están pensadas para Eurovisión y eso, entre un mar de canciones, es un extra que puede ser decisivo. Quizá, por ello, Nebulossa no ha terminado de encontrar su hueco. Ahora bien, con independencia del resultado, por primera vez en mucho tiempo, España ha vuelto a colocar su tema en el debate público. Una conquista que va más allá de lo estrictamente musical. “Estoy en un buen momento”, canta María en 'Zorra'. Desde luego.