Xavi Simons, el último lío en la guerra Barça - PSG

Uno de los objetivos del FC Barcelona para reforzar su plantilla de la próxima temporada es el de Xavi Simons. El futbolista formado en La Masia podría volver a vestir de blaugrana, si el club catalán y el Paris Saint-Germain llegan a un acuerdo por la cesión del centrocampista. Los galos, sin embargo, se plantan y no contemplan desprenderse del joven futbolista en préstamo, y menos al Barça. Venta o no hay negocio.

Xavi probará a los mediocentros de la cantera

Así pues, este sería el enésimo punto de desencuentro entre Barça y Paris Saint-Germain de los últimos mercados de fichajes. Ambos clubes parecen haber firmado la guerra en los despachos y los franceses siguen sin levantar el muro que han construido alrededor del Parque de los Príncipes que impide que sus futbolistas fichen por el cuadro blaugrana.

El primer foco de conflicto llegó en el verano de 2013 cuando el Barça buscaba reforzar el eje de su defensa y el nombre de Thiago Silva fue el que generó consenso en la directiva blaugrana. El Club llegó a un acuerdo con el futbolista brasileño, pero el PSG se negó en rotundo a deshacerse de uno de sus pilares; en esa temporada y en las posteriores que intentó ficharlo el Barça.

De central brasileño a otro central brasileño. Marquinhos fue el siguiente nombre que se propuso desde la dirección deportiva de Can Barça para fortalecer la línea defensiva. El brasileño estaba considerado como uno de los centrales con más proyección en 2016 y dio el ‘sí’ al Barça, pero, nuevamente, el PSG le cerró la puerta.

Verano de 2017 y el Barça volvió a remover las aguas parisinas para reforzar su centro del campo. Marco Verratti fue el escogido y de él se decía que era el claro sucesor de Xavi Hernández. El de Terrassa llegó a manifestarse públicamente a favor de incorporar al italiano: “creo que se me parece y técnicamente es increíble, es un jugador que me gustaría ver en el Barcelona”, dijo el excapitán culé.

Tras el fichaje frustrado de Verratti, el Barça no tiró la toalla e intentó hacerse con los servicios de Adrien Rabiot, que finalizaba su contrato en verano de 2019. Las relaciones entre Barça y PSG estaban tan resquebrajadas que los parisinos preferían ‘regalarlo’ por 10 millones en el mercado invernal antes de que llegase gratis en verano a Can Barça. Finalmente, los blaugrana se decantaron por De Jong para reforzar la medular del equipo.

Puente aéreo Barcelona - París

En el camino inverso, por el contrario, sí lo han recorrido varios futbolistas en los últimos años. En las últimas siete temporadas, hasta cuatro jugadores azulgranas hicieron la maleta rumbo a la capital francesa. A ellos, también podríamos añadir a Kays Ruiz y Arnau Tenas, pero ninguno de ellos llegó a debutar con el primer equipo culé.

En el verano de 2017, después de que Verratti flirtease públicamente con el Barça, a los culés les salió el tiro por la culata. El cazador cazado. Nasser Al-Khelaifi abonó la cláusula de Neymar Jr., cifrada en 222 millones de euros y el crack brasileño puso rumbo a la capital francesa para convertirse en el jugador insignia del equipo. Ese mismo año, tras una temporada en la Juventus, Dani Alves también enfiló hacia el Parque de los Príncipes. En 2020, tras salir cedido al Inter de Milán y al Celta de Vigo, también fichó por el PSG.

El capítulo más doloroso de esta serie tuvo lugar en el verano de 2021, con Leo Messi saliendo entre lágrimas del Camp Nou como agente libre y firmando a coste cero por el Paris Saint-Germain. El mejor jugador de todos los tiempos puso punto y final a 17 años vistiendo de blaugrana para iniciar una nueva etapa en la capital francesa. Fue una pesadilla para el argentino, pero en ese periodo ganó el Mundial con su selección. Finalizó los dos años de contrato que firmó y fichó por el Inter Miami.

El último en sumarse a esta lista ha sido Ousmane Dembélé quien, tras seis temporadas marcadas por la irregularidad vistiendo de blaugrana y jugando al gato y al ratón con su renovación, decidió dejar plantado al Barça y fichar por el PSG. Costó 135 millones de euros y los franceses abonaron los 50 'kilos' de su cláusula, de los cuales recayeron en las arcas culés 35,4.