Mika Faye, de las molestias a la exhibición

Minuto 88. Unos 17-18 metros a portería. Naim, Mika Faye y Moha enfrente del balón. Por despistar, porque todos tenían claro que iba a ser el senegalés quien iba a patear el libre directo. El partido en Tajonar agonizaba y el cuadro azulgrana podía dejarse por el camino dos puntos muy valiosos en su lucha por el liderato con del Deportivo.

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Faye golpeaba con una violencia tremenda un balón que entraba como un cohete en la portería defendida por Stamatakis. El portero griego de Osasuna Promesas ni la vio pasar. Era el quinto gol en poco más de un mes del jugador africano, que está viviendo un 2024 verdaderamente espectacular.

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TOCADO

El caso es que, según hemos podido saber en SPORT, Faye sintió molestias musculares en el calentamiento. Su presencia en el once titular llegó a estar incluso en duda.

Mika había viajado esa misma mañana por carretera de Barcelona a Pamplona junto a Héctor Fort, Marc Guiu y Marc Casadó, todos ellos convocados por Xavi con la primera plantilla para el encuentro frente a la UD Las Palmas el sábado por la noche.

Faye, que lleva un tute importante este 2024 (casi 1.000 minutos de juego entre Barça Atlètic y Senegal), llegaba a la capital navarra casi directamente para comer, descansar un poco y dirigirse con sus compañeros a Tajonar para un partido determinante de cara a esas aspiraciones de disputar el liderato de los de Rafa Márquez.

SIN MBACKE

Como hemos contado, sentía molestias musculares, pero se evaluó y acabó sintiéndose OK para salir de inicio junto a Sergi Domínguez en el eje de la zaga. Poco pudo hacer en los dos goles encajados en los primeros 20 minutos del filial, fruto de dos errores individuales (muy riguroso el penalti de Astralaga en el mano a mano con Svensson).

Mika acabó completando otro partido completo (van siete ya este año) a muy buen tono. Y siendo decisivo. Pese a esas teóricas molestias musculares previas al choque, no dudó a la hora de pedirse ese libre directo tan goloso.

Y, a tenor de cómo reventó el balón, debía sentirse perfecto el senegalés. Eso sí, una vez pitó el árbitro el fin de la contienda se fue al suelo, extenuado, y se quedó allí un buen rato. Cargado, pero feliz.