El emotivo prólogo de Quique Setién del libro 'Relatos Solidarios'

La portada de Relatos Solidarios del Deporte con Quique Setién como padrino

La portada de Relatos Solidarios del Deporte con Quique Setién como padrino / sport

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

'Relatos Solidarios del Deporte' llega a su edición número dieciséis. En esta ocasión, algo diferente que las anteriores, se ha dado prioridad al diseño y a la fotografía, más que a los textos, en homenaje a los fotógrafos Ferran Zueras, Carlos Pérez de Rozas, Miguel Moreno y Francesc Casals, todos ellos fallecidos en los últimos meses.

El libro, que se está imprimiendo y se pondrá a la venta en las tiendas de 'El Corte Inglés' durante la segunda quincena de mayo, recoge fotografías cedidas por compañeros fotógrafos que van acompañadas de pequeños textos escritos por periodistas habituales de este proyecto solidario. Está previsto que el 23 de julio se celebre la tradicional Diada de Sant Jordi y será alrededor de esas fechas cuando pueda presentarse de forma oficial esta nueva edición que, esta vez, destinará sus beneficios a la asociación Pallupas, de pallasos de hospital. De ahí que Quique Setién, que protagoniza la portada y escribe el prólogo, aparezca en la imagen de la primera página luciendo una nariz roja de pallaso.

El técnico del Barça ha escrito un prólogo muy emotivo que reproducimos a continuación de forma íntegra

"DEJAR UN FUTURO MEJOR

Me puse varios días delante del ordenador tratando de escribir algo apropiado para este prólogo, pero mi cabeza solo daba para pensar en la alineación de Mallorca y también para el Nápoles. El fútbol lo era todo hasta que las noticias sobre la pandemia de coronavirus acabaron de golpe con las dudas y la realidad nos recluyó en casa un tanto angustiados. 

Y ahora, ¿qué va a suceder? En solo dos días nos hemos visto todos obligados a cambiar de vida drásticamente sin saber con exactitud el tiempo que permaneceremos así. Aislados entre cuatro paredes, eso sí, con internet y Netflix mitigando las horas muertas, uno se pregunta por las decenas de miles de personas (sin disponer de dichos privilegios) que estarán pasando por esto y cosas peores cada día en cualquier parte del mundo, y para cuantas de aquellas más cercanas serán sus últimos días. 

Creo que no ha habido un momento mejor en mi vida para hacer una profunda reflexión que este que estamos viviendo. Sabemos que sólo nos preocupamos si sentimos el dolor en carne propia o le sufrimos cerca, como ahora. Todo lo demás dura muy poco. 

La humanidad ha ido avanzando a un ritmo vertiginoso, se ha progresado más en los últimos 100 años que en todos los anteriores desde que nos pusimos de pie. La esperanza de vida aumenta y también hay menos personas que pasan hambre gracias a este progreso y a la solidaridad de personas que dedican su vida a hacer mejor la de los demás. Pero hace 102 años la gripe española dejó 50 millones de muertos y cada año fallecen otros muchos millones más por enfermedades que no acaban de erradicarse y otras nuevas que aparecen como esta que estamos sufriendo. 

Esta maravillosa invitación para formar parte de este consolidado proyecto solidario llega en el momento preciso, primero porque me ha removido la conciencia desde el momento que empecé a leer todos los prólogos que me han precedido y también porque nos recuerda lo que somos realmente y el corto tiempo que vamos a estar por aquí. 

Aún quedan en el mundo muchos puntos de conflicto donde conservar la vida es una utopía en manos del destino. Para cuando volvamos a la calle con nuestras tareas cotidianas confío que algo hayamos aprendido. No vamos a poder cambiar el mundo de forma individual, pero sí nos podemos comprometer cada uno a mejorar lo que tenemos más cerca con pequeños gestos que contribuyan a mejorar la vida de los que nos rodean.  

Al fútbol que ocupó la mayor parte de mi vida y me dio todo lo que tengo y todo lo que soy, siempre le estaré agradecido. Soy consciente de las concesiones que me otorgó la vida y la protección que me ofrecen los que me rodean, a lo que no pueden ni podrán acceder millones de personas. A partir de ahora asumo la responsabilidad de mi cargo público como altavoz para evitar la crispación y las tensiones que nos circundan cada día y poder ser un poco más felices. 

 Y para eso necesitamos que no haya un solo payaso triste. Esos niños que ocuparán nuestro lugar recordarán el resto de sus vidas cada una de vuestras sonrisas. Y no hay mayor motivo ni estímulo que la sonrisa de un niño para dejar un futuro mejor".