Historia SPORT

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El emotivo primer Barça-Stuttgart

Se jugó en Les Corts en 1954 y en horario nocturno, y rindió homenaje a Manuel Torres

Torres, conocido como el 'avi' o el 'barraquer', ingresó en el FC Barcelona en 1911

Manuel Torres, ante la atenta mirada de César y el árbitro, señor Soler, realizó el saque de honor previo al partido entre el Barça y el Stuttgart, celebrado en Les Corts el 2 de septiembre de 1954

Manuel Torres, ante la atenta mirada de César y el árbitro, señor Soler, realizó el saque de honor previo al partido entre el Barça y el Stuttgart, celebrado en Les Corts el 2 de septiembre de 1954 / Vida Deportiva

David Salinas

David Salinas

El primer cruce entre el FC Barcelona y el Stuttgart tuvo lugar el 2 de septiembre de 1954 en Les Corts y quedó largamente grabado en la memoria de la afición azulgrana por un doble motivo: el homenaje al Manuel Torres, histórico conserje de la entidad y decano de los empleados del Club, y por jugarse en horario nocturno. Fue el primer duelo que albergó el campo, inaugurado en 1922, con luz artificial. Esta novedad hizo que el estadio registrara un lleno absoluto y que fueran muchos los barcelonistas que se quedaran sin tener acceso.

Les Corts se vino abajo cuando el veterano conserje, conocido popularmente como el ‘avi’ o el ‘barraquer’ —por acomodarse en una humilde barraca cuando empezó a ejercer—, apareció en el césped con sus mejores galas para hacer el saque inicial. Hombre íntegro y trabajador incansable, Torres fue una institución y un barcelonista irrepetible: además de sus funciones específicas de conserje y cuidador del campo, hizo de albañil, carpintero, pintor y lo que fuera menester, como conservar y arreglar el material (botas, camisetas, balones...), hacer recados o, en sus primeros tiempos, captar jugadores.

Herido en la guerra de Cuba

Torres, nacido en 1874, era originario de Tronchón (Teruel) y su primer empleo fue de panadero, en Valencia, donde sus tíos regentaban un horno. Con 19 años se trasladó a Barcelona para seguir en el oficio, concretamente en un establecimiento de la antigua plaza de Santa Anna. Hasta que fue quintado y destinado a Cuba, entonces en guerra con España.

En la isla caribeña resultó herido en una pierna en las Lomas del Grillo, relató Torres en unas detalladas memorias publicadas por el semanario ‘Club’ entre julio y diciembre de 1953, recogidas y transcritas por Vicente Esquiroz. Tres años y medio después regresó a Barcelona y volvió a emplearse en una panadería, ahora en la calle Vallespir. Allí conoció a Juan Espallargués, el conserje del campo de Horta, donde jugaba el Barça.

Torres, que hizo algunos jornales como albañil en el nuevo terreno de juego barcelonista, el de la calle Industria, inaugurado en marzo de 1909, recomendado por Espallargués, ingresó en el Club a finales de 1911, cuando el empleado del Barça causó baja. Fue llamado entonces por el vicepresidente Joaquín Peris de Vargas y el contador, Narciso Deop, que le ofrecieron el cargo de conserje. El aura de Hans Gamper, entonces presidente, lo hipnotizó para entregarse a la aventura de “aquellos locos por el fútbol”, recordaba Torres.

El partido, el primero de la temporada 1954-55 en Les Corts, fue favorable a los intereses del FC Barcelona del italiano Sandro Puppo, que se impuso por 3-1 con goles Manchón (8’) tras una asistencia del debutante Villaverde; Bosch (26’), de cabeza, a la salida de un córner y Moreno (47’). El gol del Stuttgart, que acudió como campeón de la Copa de Alemana de 1954, fue obra de Kronnebitzr (16’) y sirvió para nivelar momentáneamente la contienda.

Leyenda Schlienz

En las filas del Stuttgart, que puso en práctica un fútbol de marcado corte alemán, resistente y muy físico, se alineó Robert Schlienz, capitán y leyenda del equipo germano. Jugó desde 1948 sin el antebrazo izquierdo, que perdió en un accidente automovilístico cuando iba a concentrarse con sus compañeros después de regresar del funeral de su madre. Defendió sus colores entre 1945 y 1960, sumando 391 partidos oficiales y anotando 143 goles. Un campo de la ciudad deportiva del hoy rival azulgrana fue bautizado con su nombre.

La experiencia de jugar bajo luz artificial fue otro éxito de la jornada, aunque la instalación definitiva no se inauguró hasta dos años después. Ver el césped iluminado fue toda una sensación y, para los jugadores, empezar un partido a las 22.30 horas supuso una agradable experiencia.

Fue tal el éxito que, dos días después, Les Corts volvió a convocar a la afición azulgrana para otro amistoso, en esta ocasión para disfrutar del filial, la España Industrial, que se midió al Sabadell. El duelo, amistoso, se inició a las 22.45 horas y fue todo un espectáculo (4-3).