El Barça vive en un estado de tensión permanente

El Barça no pasa por su mejor momento. La situación económica ha mejorado respecto a la que heredó la actual junta directiva, pero el problema sigue todavía en vías de solución. Desde diferentes sectores del barcelonismo no dejan de aparecer críticas a la gestión de Joan Laporta y su junta directiva. Y el equipo de Xavi Hernández sigue ofreciendo dudas, que se multiplicaron por mucho tras la severa derrota contra el Real Madrid en la final de la Supercopa.

Pau Cubarsí, el 16º canterano en debutar con el Barça de Xavi

Es por ello que la victoria copera en Salamanca ante Unionistas es un respiro para todos en el club. Era obligatorio derrotar a un equipo de Primera RFEF y todo el mundo respiró tras remontar un encuentro que se complicó en la primera mitad con el gol de Álvaro Gómez hacia la media hora de juego. Una eliminación hubiese hecho mucho más profunda la herida.

Pero saben todos que la clasificación para los cuartos de final de Copa es solo un respiro, pues todos saben en el club que en el Barça se está en una situación de reválida permanente. La tensión se ve y se palpa en el día y está afectando a todo el mundo. A jugadores, cuerpo técnico, junta directiva y presidente. Saben que los respiros son mínimos. Que hay que ganar el domingo ante el Betis para seguir vivos en la Liga, el miércoles en San Mamés para seguir optando al título de Copa, el próximo fin de semana al Villarreal, después a Osasuna... Y así hasta el final. Un sinvivir.

A los resultados del primer equipo, a la necesidad imperiosa de solucionar la situación económica del club, se unen las críticas que llegan desde diferentes sectores por el 'Espai Barça' y que desde la junta directiva creen que son muchas veces dirigidas e intencionadas por gente importante relacionada con el IBEX.

Liberación más que alegría

La tensión es grande en el club. En todos los ámbitos y sectores. Por ello es importante tener algunos momentos de liberación. Uno se vivió en el avión que retornaba al equipo a Barcelona después de jugar ante Unionistas en Salamanca. Poco antes de despegar, Antoine Griezmann marcaba el tercer gol del Atlético de Madrid en el derbi copero, el gol que ponía por delante a los de Simeone ante el Real Madrid en la primera parte de la prórroga. El tanto del francés, que acabó significando la eliminación de los de Carlo Ancelotti, fue celebrado por todo lo alto en el avión. Eran gritos más de liberación que de alegría.

El jueves acabó siendo liberador, pero la tensión ya volvió al club un día después, pues el sorteo de los cuartos de final de Copa no gustó nada ni en el vestuario ni en la directiva. Difícil rival y tercera eliminatoria consecutiva jugando como visitante.

La reválida es permanente en el Barça y todos saben que el domingo ante el Betis en el siempre complicado Benito Villamarín se juega una nueva final para no descolgarse más en la Liga. Y el miércoles se jugará otra en San Mamés. Y el siguiente sábado otra en Montjuïc contra el Villarreal. Y después se jugará el partido aplazado frente a Osasuna. Un sinvivir.