¿Por qué el Barça ha llegado a esta situación de embudo con el 'fair play' financiero?

El club blaugrana atraviesa un delicado momento económico que dificulta y demora su reconstrucción deportiva

El sistema de control de LaLiga, que solo te deja gastar si eres capaz de ahorrar, obliga a compensar las pérdidas de los clubes en el corto plazo

Ferran Torres junto a Joan Laporta en el césped del Camp Nou

Ferran Torres junto a Joan Laporta en el césped del Camp Nou / AFP

Jordi Carné

Jordi Carné

En los últimos tiempos, el Barça ha tenido que convivir con una delicada situación económica que ha dificultado y demorado su reconstrucción deportiva. Joan Laporta y su gente de confianza han tenido que realizar auténticos malabares para mejorar a una plantilla incapaz de competir al máximo nivel estatal y continental. De momento, la misión del presidente y la junta directiva está teniendo un éxito relativo. El barcelonismo ha agregado a su diccionario palabras o expresiones –como por ejemplo el ya famoso ‘fair play’ financiero– que desconocía o comprendía escasamente.

¿Por qué los aficionados culés se han tenido que acostumbrar a esperar y leer comunicados del club por las inscripciones de los jugadores fichados, algo que antaño se daba por supuesto desde el momento del anuncio de dichas incorporaciones? ¿Cómo ha podido llegar la entidad a una situación de embudo financiero tan acongojante? Los seguidores blaugranas buscan respuestas a una tediosa cuestión que no se puede explicar con solo un motivo. Tampoco con la desastrosa herencia recibida, que ejerce de contexto, de punto de partida, pero no de justificante absoluto.

Según el periodista y director de ‘2Playbook’, Marc Menchén, el Barça se encuentra en una situación límite con el ‘fair play’ financiero porque, en primer lugar, tiene un presupuesto “desequilibrado”, con más gastos que ingresos, y el sistema de control de LaLiga, que “solo te deja gastar si eres capaz de ahorrar”, obliga a compensar esas pérdidas en el corto plazo. “El club arrastra una mochila que no va a poder liquidar en poco tiempo”, opina el experto sobre el legado de Josep Maria Bartomeu, aunque señala otros condicionantes que “sí que hay que atribuir a los nuevos gestores”. “La entidad está en el mismo punto que en verano: no se han podido lograr nuevos ingresos que hubieran ayudado mucho, como por ejemplo los referentes al Barça Studios”, destaca.

No es cuestión de ingresar, sino de ahorrar

La ausencia de nuevos contratos de patrocinio importantes (que cifra en unos 25 millones) y la inesperada eliminación de la Champions League (entre 15 y 20 ‘kilos’) son otros obstáculos que impiden a Joan Laporta maniobrar con más margen. La principal clave del problema, sin embargo, tiene que ver con las operaciones de salida no materializadas. “Hay algunos jugadores como Sergi Roberto que se tenían que rebajar el sueldo y, de momento, no lo han hecho. También hay futbolistas con fichas muy superiores a sus valores de mercado que están complicando mucho la ‘limpieza’”, explica Menchén, que insiste que “no es un tema de ingreso, sino de ahorro”.

“LaLiga obliga a compulsar las pérdidas a los clubes para evitar que esté en riesgo la viabilidad de los mismos. Esta es la función del límite salarial. Si traspasas o cedes a un jugador, puedes gastar un 25% de su sueldo (o un 50% si el emolumento del futbolista supera el 5% del coste deportivo) en nuevas inscripciones”, insiste. En el caso de Ferran Torres, cree que la continuidad de Ousmane Dembélé sería determinante tanto por la rebaja salarial como por la amortización de su fichaje. “Para mí, su renovación es clave. Es el nombre. Pensaba que la dirección deportiva tenía más encarrilado el tema, la verdad”, opina, mientras que sobre Erling Haaland le sorprende el optimismo de Laporta: “Para incorporarlo, el Barça debería realizar mucho trabajo estructural en poco tiempo”.

¿Y la vía de la carta de libertad?

Aunque la ha contemplado y analizado en algunos casos, es una opción que no ayudaría en exceso al Barça en su actual situación porque, básicamente, tendría consecuencias en la próxima temporada, pero no en la presente. Si alguno de los jugadores con los que no se cuenta aceptara la carta de libertad sin cobrar nada de lo que se le debe, algo altamente improbable como se ha visto, se aplicaría la regla del 25%. Esto es, en un escenario idílico, el ahorro solo sería de un cuarto de su sueldo. En la hipotética coyuntura de que se tuviera que llegar a un acuerdo, el 25% se asignaría a la diferencia entre el sueldo y la cantidad abonada. “Esta fórmula tendría sentido si ahora estuvieras bien y necesitaras rebajar la masa salarial para los cursos venideros”, sentencia Marc.