Dembélé, mentiroso y desagradecido

Dembélé no marcó ante el Elche

Dembélé no marcó ante el Elche / AFP

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Dembélé ha acabado con la paciencia de Xavi. Y eso que el entrenador blaugrana es la personificación del optimismo. Pero el técnico ya se ha hartado. No puede ni elogiar ni defender más al jugador francés. Porque su actitud (y la de su representante, Mousa Sissoko) es indefendible. Ha estado engañando a Xavi y a todo el club durante las últimas semanas. Además de desagradecido, mentiroso. Porque su discurso de que quiere quedarse en el Barça es falso. Y el club blaugrana no se merece este trato después de haber aguantado durante cinco temporadas su pésimo rendimiento y su escasa profesionalidad.

Dembélé, uno de los fichajes más caros y menos rentables de la historia del club blaugrana (solo superado en despilfarro e ineficacia por Coutinho), no ha sabido o no ha querido aprovechar la gran oportunidad de triunfar que le ofrecía Xavi. El nuevo entrenador del Barça, desde el primer día, ha valorado la aportación futbolística que podía generar el extremo francés. Llegó a decir de él que podría llegar a ser el mejor jugador del mundo en su posición. Y la respuesta de Dembélé a tanto cariño han sido las medias verdades. Mientras él se dejaba querer por Laporta y por Xavi, su representante se negaba a aceptar cualquiera de las ofertas de renovación que le ofrecía Mateu Alemany. No solo eso. Exigió un dineral inasumible: un salario de 30 millones anuales, una prima de renovación de 30 millones y una comisión de 15 millones. Vergonzoso. 

Xavi hizo ayer un último, desesperado y poco convincente intento de acercar posturas con Dembélé: “Espero que haga un esfuerzo y se quede en el Barça”. El técnico ha tirado la toalla. Al futbolista le importa bien poco su carrera y las oportunidades que tendría de triunfar en el Camp Nou. Al jugador le importa bien poco la paciencia que ha tenido el club blaugrana con sus lesiones y sus indisciplinas. Dembélé y su representante solo tienen ojos para esa lluvia de millones que puede llegar de la Premier o del Calcio (también se especula con el PSG como relevo de Mbappé) y no tienen en cuenta absolutamente nada más.

Por eso yo considero que, llegados a este punto, el Barça tiene que ser duro, durísimo, con Dembélé. No puede vestir ni un día más la camiseta blaugrana. Por lo tanto, o se queda en la grada lo que resta de temporada o sale (incluso gratis) en este mercado de invierno para liberar masa salarial y permitir la inscripción de Ferran Torres y, si llega el caso, Morata. A grandes males, grandes remedios…