Opinión

Con Jabari Parker, el infierno griego da menos miedo

Jabari Parker brilló en el segundo partido ante Olympiacos

Jabari Parker brilló en el segundo partido ante Olympiacos / Dani Barbeito

El Barça resiste y sobrevive tras la trascendental victoria en el segundo partido del playoff de la Euroliga ante Olympiacos. El equipo mejoró en defensa, encontró mayor acierto que en la primera batalla, y viajará a Grecia con la eliminatoria empatada, y con el objetivo de lograr, como mínimo, un triunfo para que el cruce vuelva a la capital catalana.

Roger Grimau destacó el trabajo colectivo del equipo para conseguir la victoria. Tiene toda la razón, pero en estas líneas toca elogiar, un partido más, a Jabari Parker. El jugador estadounidense no es que juegue sin miedo. Es que se lo pasa bien en pista, cuando la afición sufre y se estremece. Sentimientos propios de unos cuartos de final de la competición europea.

Una tensión que no fue tan alta como en otras ocasiones gracias al concurso de un Jabari que se fue hasta los 24 puntos, con cuatro triples convertidos, que fueron capitales para asegurar un triunfo 'obligado'. Ningún jugador griego, pese a la dureza y el físico que atesora, fue capaz de detenerle. Jabari levitó por la pista, jugó con tranquilidad, y exhibió ese talento con el que machacó el engranaje defensivo preparado por Georgios Bartzokas.

Se ha erigido como el líder anotador del equipo, y su aportación ofensiva se antoja capital en el gran objetivo por el que lucha el Barça, lograr su cuarta participación consecutiva en la Final Four de la competición. Pero para ello, quedan, como mínimo, dos batallas en el Pabellón de la Paz y la Amistad, que el próximo martes y jueves tendrá, de todo, menos esos dos sustantivos que le ponen nombre.

El Barça tiene a Jabari Parker. Por cierto, brillantemente renovado hasta 2026. El pasado verano, existían muchas dudas: sobre su físico, si se adaptaría al baloncesto europeo. También a nivel de club, sobre quien podría ser el líder, tras la marcha de Nikola Mirotic o Cory Higgins. Y a todas esas incógnitas, Parker ha respondido con una sonrisa y alegría en pista, pero también con un juego que permite a la afición del Barça ilusionarse y soñar con cotas mayores.