El 2024 endurecerá el libro de estilo de Xavi
El técnico está decidido a iniciar una etapa más intervencionista y estimulante de cara a sus jugadores. Y no solo en las salas de prensa
El egarense no busca sacar el látigo pero sí subir un par de peldaños la exigencia
El Barça inició la temporada con el objetivo de mantener el espíritu competitivo que condujo al equipo a la consecución del título de Liga y añadir además una dosis de brillantez al juego. Sin embargo, el elenco de Xavi se ha plantado en Navidad bajo un ambiente enrarecido y de cierta tensión. En Champions sí se han hecho esta vez los deberes, pero el papel en el campeonato doméstico ha decepcionado. Consciente de que había que tocar alguna tecla, el egarense pasó a la acción ante el Almería. Ese fue el inicio de la que será, a partir de ahora, una nueva versión del egarense. Sin azúcares añadidos.
La experiencia que acumuló como jugador llevó a Xavi a elegir como entrenador un camino alejado de la tirantez. El excapitán, que las vivió de todos los colores cuando se calzaba las botas, no entiende la relación con el vestuario como un pulso de poder. Más bien lo contrario. Eso sí, el período de Guardiola ha dejado huella. "En este club nos ha ido mejor cuando ha habido normas", expresó Xavi durante su presentación como nuevo técnico del Barça.
Desde el primer minuto en el banquillo culé, Xavi ha seguido una máxima: lavar siempre los trapos sucios en casa. El de Terrassa se ha hartado a defender públicamente a sus pupilos, aunque tuviera pocos argumentos para ello. Calmado y optimista por naturaleza, el egarense incluso ha optado, de puertas hacia dentro, por enviar siempre mensajes de ánimo y constructivos. 'Rapapolvos' ha soltado muy pocos, ni siquiera tras algunas derrotas dolorosas. Xavi no es de los que se deja llevar por las emociones en caliente.
Almería, un antes y un después
En las últimas semanas, no obstante, dio la sensación de que la plantilla confundía protrección con dejadez. Quizá algunos creyeron que sí estaban haciendo las cosas bien, cuando en realidad lo que el 'míster' esperaba de ellos era una reacción inmediata. Pero esta no llegaba. Ante el incremento de tensión y críticas, Xavi decidió pasar a la acción en el descanso frente al Almería. Antes de que el barco empezara a hundirse lentamente, el técnico jugó una carta hasta ahora inédita: la de la agitación emocional, la de incomodar a sus jugadores con tal de 'picarles' para que así sacaran su mejor versión. Funcionó.
Hacía tiempo que algunas voces internas 'pedían' al entrenador algo más de contundencia. Sobre todo desde la planta más noble de Montjuïc. "Perder tendrá consecuencias", avisó Joan Laporta en su segunda toma de posesión. Alertar demasiadas veces de que viene el lobo puede eliminar el efecto estimulante de tal 'amenaza'. Quizá por esto Xavi solo se ha adentrado en el papel de 'poli' malo cuando ha visto que resultaba realmente necesario para cambiar la dinámica. Como en una partida, las mejores cartas deben guardarse para los momentos clave.
Más exigencia en 2024: entrenamientos, meritocracia...
De cara a 2024, la nueva versión de Xavi será palpable en distintos aspectos. Habrá más exigencia a todos los niveles y seguramente algunos vivan un día a día menos cómodo. Eso no significa que el técnico se entregue a la mano dura, pero sí que se ha acabado el azúcar gratuito. Primero rendimiento y después, todo lo demás.
En el primer tramo del año se estará muy encima en las sesiones de entrenamiento. Hay mucho por corregir y es necesario tener un punto físico y de tensión óptimo de cara a la mitad decisiva de la temporada.
Los días de descanso también se analizarán al detalle. En ocasiones, la plantilla ha logrado alguna jornada libre gracias a enlazar algunos resultados positivos -son retos que pone el cuerpo tècnico-. Teniendo en cuenta la situación actual, va a ser más difícil encontrar el momento para realizar concesiones.
La meritocracia regresará por sus fueros. No es que se hubiera ido, pero sí es cierto que algunos jugadores han dispuesto de una paciencia extra. Jugarán los que mejor estén y los que más trabajen. Porque, como dice el propio Xavi, sin alma es imposible aspirar a títulos y no hay ni un solo jugador en la plantilla actual que pueda vivir solo de su calidad.
Sin rodeos
Por último, y como ya se vio tras ganar al Almería, el discurso será menos romántico. De puertas hacia fuera, para que cada uno asuma sus errores, y de puertas hacia dentro. El cuerpo técnico asume que decir según que verdades ante todo el grupo puede provocar el ‘rebote’ de algún jugador, pero lo celebra si eso sirve para que el futbolista en cuestión se ponga las pilas. Las malas caras también forman parte de todo esto.
Xavi no cambiará su esencia ni pretende mostrarse como un tipo inflexible. Cuando lo merezcan, seguirá dando la cara por sus jugadores. Siempre que haya compromiso y actitud, dos conceptos innegociables que en las últimas semanas se han tambaleado.
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