La saga de los Simeone, en el nombre del gol

Los tres hijos varones del entrenador del Atlético de Madrid se han desatados como goleadores en un rol que su padre solo cumplió de forma ocasional

En las últimas semanas ha sido noticia Giuliano, ahora en Alavés: fue titular contra su padre, el ganó y se estrenó como goleador ante el Celta

Giuliano Simeone, en su debut en Mendizorroza

Giuliano Simeone, en su debut en Mendizorroza / @simeonegiuliano

Betfair

Betfair

Diego Pablo, Cholo, Simeone, jamás fue futbolista de gol. Y eso que en su haber cuenta con goles importantes. Históricos. En la retina del Atlético de Madrid, el segundo de los tantos con los que una tarde calurosa en Madrid el conjunto colchonero ganó la Liga ante el Albacete en 1996. La del doblete. Fue su curso más goleador. Doce tantos como los doce qe había hecho con el Sevilla dos años atrás. De ahí no pasó.

Porque el Cholo era otra cosa. Era centro del campo de garra. De esfuerzo. Sudor y rascar. Todo sin negociar compromiso alguno. Un jugador con siete pulmones que pisaba área más por pundonor que por olfato o talento. Curioso que su estirpe ahora luzca ese añadido del gol al más puro ADN Cholista. La saga de los Simeone es una saga en el nombre del gol.

El patriarca tiene un total de cinco vástagos. Tres chicos, dos chicas. Los tres primeros, ya por encima de la veintena, salieron futbolistas todos (qué raro), pero lo hicieron, además, en una posición común. Delantero centro. Y como le pasa al padre, hombre de empeños tozudos, en su cabeza cada vez que salen al verde solo piensan en algo: gol, gol, gol y más gol. Cada uno a su nivel eso sí.

Giuliano, orgullo del entrenador rival

El más pequeño de todos es Giuliano. Por fin sonríe. Le costó después de que en pretemporada, recién aterrizado en el Alavés, una entrada de un defensa del Burgos le rompiera la pierna (literal) en un duelo amistoso. Fue una de las escenas más escalofriantes de la temporada. Para el pequeño de los chicos Simeone, todo un mazazo que amenazaba, quién sabe, con dejarle fuera de la temporada. Extirparle de golpe el sueño del debut en Primera como jugador de pleno derecho de una plantilla de élite.

Afortunadamente para sus anhelos, Giuliano tuvo tiempo de volver, poner en apuros a su padre y, de paso, marcar poco después. Ante el Atlético, en Vitoria, jugó por primera vez titular y fue jugador clave en el triunfo 2-0 frente a los colchoneros. Un resultado que, con todo, no hizo temblar a un Atlético de Madrid que en las apuestas de fútbol de Betfair, y más después de tumbar al Athletic, se mantiene como el máximo favorito a quedar entre los cuatro primeros esta temporada, con una probabilidad implícita del 96%.

“Me pone contento por mi hijo. Hizo un buen partido. Demostró personalidad, trabajo y fuerza. Ojalá que esto le permita encadenar un feliz de temporada mejor en el Alavés”, valoró tras el partido su padre. Dicho y hecho. Apenas una semana después del chaval, nacido en Roma, marcó su primer gol en Primera ante el Celta de Vigo en el triunfo 3-0 de los babazorros.

Giovanni, el alumno aventajado del gol

Bastante más en la élite lleva Giovanni, el mayor de los Simeone. A sus 28 años, este delantero crecido en Ríver y asimilado en Italia está cerca de sumar 100 goles en su carrera profesional de clubes. Ya está por encima de su papá, que sumó 83. Un mérito, el de ver puerta con relativa facilidad, que le ha llevado a alguno de los clubes más importantes de Italia, entre ellos Fiorentina o el Nápoles, donde ahora trata de escapar de la crisis en la que se han metido los azzurri un año después de haber ganado su histórico tercer Scudetto, del que fue partícipe con ocho dianas.

Su tope: las 17 del Hellas Verona que hicieron que incluso sonara para estar bajo las órdenes de su padre en varias ocasiones. La última, el verano de 2023. Aquel supuesto deseo jamás cristalizó en nada que no fueran titulares de prensa.

Un Simeone en Tudela

Más humilde es el recorrido del mediano de los Simeone. Gianluca tiene 25 años y en su recorrido por Europa no ha pasado de las categorías inferiores del fútbol español. Su trayectoria, al contrario que la de sus hermanos, ha sido más errática. Ya ha lucido ocho escudos en su pecho desde que comenzara en las inferiores de River. En España, ha jugado en el Sant Rafael, el CD Ibiza, el Xerez y, ahora, el Tudelano.

Ahí, en Segunda RFEF, compite sin ser un titular indiscutible. Esta temporada, pese ha jugado ya una treintena de encuentros, apenas ha superado la decena en la que ha sido titular. Casi siempre que sale lo hace desde el banquillo. Y aun así, luce un buen número de goles en su haber, con seis dianas. Uno de sus mejores temporadas en España con opciones de que pueda dar el salto a algún proyecto más ambicioso en esta categoría o, si acaso, incluso a una categoría mayor.

Sea como fuere, sumando sus tantos con los de sus hermanos, el resultado es un rosario de aciertos ante las metas rivales que convierten al apellido Simeone, en uno de los más seguidos de los rivales. No sólo por el morbo de saber que delante de los contrarios se encuentra ADN de una de las leyendas más importantes de fútbol mundial, sino porque también es sinónimo de goles mezclado con lucha, tesón y garra. Pura pólvora cholista.