29 años del gol de Nayim que llevó al Zaragoza a la gloria europea

El 10 de mayo se cumplieron casi tres décadas de uno de los goles más espectaculares marcados en una final en la historia del fútbol

Todas las noticias sobre el Real Zaragoza, en Sport.es

Nayim alza la Recopa conquistada en 1995

Nayim alza la Recopa conquistada en 1995 / UEFA

Christian Blasco

Christian Blasco

Todo niño sueña con marcar un gol como el que anotó Nayim en 1995. En una final europea, en el partido más importante de la historia de un equipo como el Real Zaragoza, en el último instante de la prórroga y con una volea desde el centro del campo que parecía imposible. Todos los ingredientes del tanto anhelado por todos.

Parecía que aquella final de la Recopa ante el Arsenal estaba destinada a ir a los penaltis. Esnáider había adelantado a los de Víctor Fernández con otro gol de bandera y Hartson había puesto el empate solo unos minutos más tarde. El tiempo extra avanzó lentamente hasta llegar al minuto 120, a solo unos segundos del pitido final del colegiado.

Le gesta de Nayim

Fue entonces cuando Nayim se sacó de la manga un remate increíble desde el centro del campo. Aprovechando un balón que botaba cerca de la divisoria, el centrocampista lanzó una volea asombrosa que tocó el cielo de París y bajó de golpe hacia la portería de Seaman, que se vio sorprendido por semejante atrevimiento.

El éxtasis se apoderó del Parque de los Príncipes, con todos los jugadores de aquel histórico Real Zaragoza corriendo y llorando sobre el césped, incrédulos ante la hazaña que acababan de presenciar. El conjunto maño conquistó el mayor trofeo de su historia de la manera más épica posible.

En aquel equipo de leyenda, dirigido por Víctor Fernández, había futbolistas con una personalidad arrolladora como Cedrún o Cáceres, talentos como Higuera, Pardeza o Nayim, futbolistas de carácter como Esnáider o Poyet, líderes con y sin balón como Santi Aragón y Xavi Aguado y futbolistas clave en su rol como Belsué o Solana. Un equipo que alcanzó la gloria europea y elevó al Real Zaragoza al cielo de París.