'La Montaña' de Juego de Tronos existió en la vida real: el español que combatió ejércitos en solitario

Este español tenía fama de violento y temperamental 

Diego García de Paredes

Diego García de Paredes / SPORT.es

Ser Gregor Clegane, apodado 'La Montaña' por sus descomunales dimensiones, es uno de los personajes más célebres de 'Juego de tronos' porque representa el lado más brutal y despiadado de la serie.

Pues bien, si miramos nuestra historia, podemos encontrar un personaje histórico semejante a 'La Montaña'. Conocido por levantar enormes rocas con las que aplastaba al enemigo, este extremeño se enfrentó en solitario al ejército francés.

Diego García de Paredes era físicamente colosal. Midió 2 metros y llegó a pesar 120 kg. Lo que le llevó a obtener el apodo del Hércules español, o el Sansón de Extremadura. Antes de jugarse la piel en decenas de guerras y combates en Europa y África, nació en Trujillo (Extremadura) en 1468.

Ya desde pequeño destacaba por su fuerza y es que en una ocasión, su madre enferma pedía confesión. El párroco se negó a ir a su casa por lo que, según reza el mito, el joven arrancó la pila bautismal y la llevó a pulso hasta donde estaba su madre; antes de devolverla a la iglesia.

Diego García de Paredes

Diego García de Paredes / SPORT.es

El primer conflicto confirmado en el que luchó fue en Italia cuando estaba bajo las órdenes del Gran Capitán (Gonzalo Fernández de Córdoba), donde los franceses le acabaron apodando Le Gran Diable, debido a que contaron hasta 500 soldados franceses asesinados por un hombre gigante armado con un mandoble.

Pero por lo que le recordarían fue precisamente porque logró parar el ejército francés él solo. Los franceses quisieron pasar por un puente armadado con barcazas en el río Garellano, donde García de Paredes habría discutido una estrategia con el Gran Capitán.

García de Pardes se puso enfrente de los franceses, y logró parar su avance sobre el río. Esto hizo que los españoles llegaran a tiempo para montar la defensa, encontrando al gigante con multitud de cadáveres que habían tapado el puente.

Por si fuera poco, el Sansón extremeño, tomó la decisión de ir solo al campamento francés y desafiando a los mejores soldados y oficiales franceses a un duelo, para acto seguido provocar una carnicería que desorientó y desorganizó el campamento enemigo.

Diego García de Paredes en combate

Diego García de Paredes en combate / SPORT.es

 "Educado como caballero, su actividad militar en las Italias lo convirtió en un tan modélico como despiadado condotiero. Sin embargo, su servicio con el Gran Capitán hizo de él el típico guerrero del Renacimiento fiel a su bandera", explica el historiador José María Pérez Pérez .

Lope de Vega le dedicó unos versos: "Con ira soberbia y extraña / sirviendo espada en mano / al pontífice romano / va diciendo ¡España! ¡España!". Esto no gustó a Cesare Romano, otro capitán pontificio, que le llamó traidor. Retado a un duelo, Paredes se impuso y, haciendo oídos sordos a sus súplicas, le decapitó sin miramientos

Nuestro Sansón se convirtió en guardaespaldas del Papa Alejandro Borgia, lo que ya nos dice hasta qué punto se volvió famoso por su bravura militar y su asombroso físico que era intimidante.

Pero la que fue su hazaña más asombrosa fue durante el asedio de Cefalonia, ya que Diego García de Paredes se convirtió en un zapador cuando los mandos españoles descubrieron que era más útil en estos campos que en batallas a campo abierto.

En dicho asedio, se enfrentaron a la élite del ejército otomano, los jenizaros, que atraparon a Diego García Paredes con un garfio para levantarlo desde abajo de la muralla, sin embargo, era tan grande, que no pudieron arrearlo, y el extremeño, trepó por la muralla usándolo.

Grabado del 'Gran Capitan' asediando Cefalonia

Grabado del 'Gran Capitan' asediando Cefalonia / SPORT.es

El gigante llegó a la muralla, y tomó la muralla él solo cuando lanzaba a los turcos desde la muralla. Sin embargo, acabó capturado por los jenizaros, que le hicieron prisionero y lo encadenaron en la prisión. No basto, pues rompió las cadenas de hierro con sus brazos.

Mató a los guardias con apenas armas, empleando sus manos, y luego una vez armado, partió otra vez a la muralla para unirse al resto de los soldados españoles que estaban entrando en la fortaleza cuando estos ya le habían dado por muerto.

Luchó durante las guerras iniciales del Emperador, siendo muy activo hasta que murió a la edad de 64 años en Bolonia, Italia, cuando cayó de su propio caballo por un accidente al querer participar en un juego de saltos y lanzamiento de jabalinas improvisadas.