El Barça necesita consistencia y convicción si quiere ganar en Madrid

El Barça se exige dar un salto cualitativo en Madrid

El Barça se exige dar un salto cualitativo en Madrid / EFE

Xavi Martínez Olivar

Xavi Martínez Olivar

El Barça Lassa ha tenido unas horas de reflexión en su cuartel general madrileño -pocas- para interiorizar lo que sucedió en el primer partido de la final. Y es que este lunes (21.00 h.) espera el segundo capítulo en el ‘Wizink Center’. Las perspectivas están claras. Salir con un 2-0 en contra de Madrid sería colocarse al borde del abismo en una final de la ACB que el club blaugrana no conquista desde 2014.

Esta temporada, el colectivo de Pesic había encontrado la fórmula para desquiciar a su eterno rival. Pero todos los ingredientes de la pócima se los dejaron los azulgranas en el vestuario en el choque inicial. Svetislav Pesic, con su habitual franqueza, fue muy directo en su disección de ese primer choque:”No jugamos bien. Pero sobre todo tengo la sensación de que parecía que no nos importaba la victoria, que si perdíamos no pasaba nada, que habría otro partido, que ya habíamos ganado un título. No me gustó  ni nuestra actitud ni nuestra concentración”.

Se puede decir más alto pero no más claro.  Al equipo azulgrana le falto agresividad e intensidad en las dos mitades de la pista. Todo lo contrario que a un Madrid con ganas de venganza por la derrota en la final de la Copa del Rey en casa.

Elevar el listón en ese sentido será clave para los barcelonistas. Eso sí con permiso del criterio arbitral de turno (Martín Bertrán, Conde y Serrano serán los encargados de repartir justicia en este segundo partido) que debería poner la vara de medir a la misma altura para ambos equipos. Algo difícil con la excitación y presión que destilan las gradas del Wizink Center.

El Barça no supo como parar -y lo sabía- el juego de bloqueo directo a partir del cuál el Madrid genera penetraciones a canasta o dobla balones para triples francos.

Equilibrio ofensivo

Pero como recuerda Pau Ribas “no se puede ganar al Madrid solo defendiendo”. Y la verdad es que en el primer partido la fluidez y la alegría ofensiva -salvo en contados momentos- brillaron por su ausencia en el lado barcelonista.

Circulación de balón demasiado lenta -y más con Pangos en pista- sin percutir en la defensa blanca. Y si no se amenaza desde el perímetro (6 de 21) es difícil evitar que la defensa rival se cierre en la zona dificultando las penetraciones. En lo único que funcionó el Barça, eso sí, fue en el rebote ofensivo (18 capturas)...que no valen de nada si acabas con un 35%  de efectividad en tiros de campo.

Ante Tomic

El pívot croata es el referente ineludible en el Barça en la pintura. Pero cuando Tomic no está la otra alternativa es un Oriola que a entrega y pelea no le supera nadie pero que confiere otro perfil al juego interior de un Barça que con él en pista juega más abierto.

La defenestración definitiva de Kevin Séraphin -descartado en todas las series de play-off- deja a Tomic como único cinco puro ya que el otro perfil (Pustovyi) tiene una participación testimonial (2’35” en el primer duelo). Y eso es un problema ante un Madrid con Tavares y Ayón en la pintura.

A partir de aquí, el Barça deberá reinventarse y buscar fórmulas para lograr, como en otros partidos, llevar al Madrid a su terreno. Eso debería pasar por dominar el tempo de partido. Todo lo que sea entrar en el escenario de ida y vuelta que les gusta a los blancos es un suicidio.

Los precedentes

El Barça, pese al 1-0 en contra se intenta aferrar a ciertos precedentes...como el Madrid se aferra a otros. Los azulgranas recuerdan que los últimos tres años ganó el título el equipo que empezó perdiendo, pero el Real Madrid prefiere recordar que, de 34 series a 5 partidos que comenzó ganando, se acabó llevando 30.

Y es que, como dice Oriola... “Esto es un play-off: hay que ir a por el siguiente.” Esperemos que eso espolee a los chicos de Pesic. Por que irse al Palau con un 2-0 sería un Everest muy difícil de escalar. Ya saben lo que se juegan.