45 años de la victoria de Núñez en las elecciones

Este sábado se cumplen 45 años del triunfo electoral del presidente del Barça que más tiempo ha permanecido en el cargo (1978-2000)

No era el favorito, ni fue el candidato avalado por más firmas ni procedía del entorno culé... Pero Núñez convenció al 39,7% de la masa social para llegar a la presidencia del Barça

Una imagen para la historia. El festejo de Núñez tras su victoria en la carrera hacia la presidencia del Barça, ya en la madrugada del 7 de mayo de 1978. Núñez, obsesionado por la economía, comandaría los destinos de la nave azulgrana hasta julio de 2000

Una imagen para la historia. El festejo de Núñez tras su victoria en la carrera hacia la presidencia del Barça, ya en la madrugada del 7 de mayo de 1978. Núñez, obsesionado por la economía, comandaría los destinos de la nave azulgrana hasta julio de 2000 / Seguí - FCB

David Salinas

David Salinas

El 6 de mayo de 1978, hoy se cumplen 45 años, Josep Lluís Núñez Clemente (1931-2018) ganó las elecciones a la presidencia del FC Barcelona, las primeras íntegramente democráticas. La victoria del empresario de la construcción supuso un antes y un después en la historia de la entidad azulgrana. La irrupción del nuevo presidente, de 46 años, acabó con el cliché de mandatarios asociados al textil catalán, un hecho que sus adeptos popularizaron con la expresión “romper el porrón”.

La nómina de aspirantes fue numerosa y variopinta. De todas formas, solo tres candidatos llegaron a la cita con las urnas: Ferran Ariño, Nicolau Casaus y Josep Lluís Núñez, quedando por el camino los presidenciables Víctor Sagi (retirado), Joan Casals (adherido a Núñez), Josep Pla (adherido a Sagi), Francesc Pérez Mateu (adherido a Ariño) y Jaume Pascual.

Núñez superó a Ariño (el candidato continuista por su pasado en la junta de Agustí Montal i Costa) y a Nicolau Casaus en la dura y enconada carrera por la presidencia. Obtuvo el apoyo de 10.352 socios (el 39,7%), Ariño el de 9.537 (36,6%) y Casaus el de 6.202 (23,8%). Hubo 243 votos en blanco y otros 153 fueron anulados. Las elecciones se llevaron a cabo en el vestíbulo del Camp Nou, en 54 mesas —Núñez ganó en 42— y votaron 26.487 socios y socias de los 53.643 con derecho a voto.

Sorpresas

Las elecciones de 1978 estuvieron marcadas por la retirada de Víctor Sagi Vallmitjana (1921-2014), hijo del que fuera jugador del FC Barcelona en la década de los años veinte Emili Sagi Liñán (1900-1951), conocido en sus tiempos como Sagi Barba por ser hijo del barítono Emilio Sagi Barba (1876-1949), de gran popularidad en su época, especialmente en el género de la zarzuela.

El abandono de Sagi, publicista y un poder fáctico de la sociedad civil catalana, se asoció al chantaje (por unas supuestas fotos comprometidas), un hecho que no quedó probado. Casi obligado a presentarse, Sagi nunca estuvo convencido de tomar parte en la carrera electoral. Era un empresario de éxito, amante de la velocidad, las salidas marítimas y la buena mesa. Un ‘bon vivant’. Visitar peñas, convencer a la gente y participar en acaloradas alocuciones y coloquios nunca fue con él. No tenía ninguna necesidad.

Además, durante la presidencia de Narcís de Carreras (1968 y 1969), Sagi fue cercano a la junta y en un partido en el Camp Nou, sentado en las últimas localidades del palco, sufrió las iras de la afición. Algunos socios, descontentos con la marcha del equipo, apedrearon con la gravilla que por aquel entonces cubría la explanada del estadio a los directivos y también le alcanzaron a él. Tras ese incidente se planteó dejarlo.

En la rueda de prensa que dio para explicar su renuncia alegó que quería contribuir “a la unidad de los barcelonistas reduciendo el número de opciones electorales” y dejó entrever que se había sentido maltratado por una parte de la prensa, pero no habló de juego sucio ni presiones. Sagi fue el postulante con más firmas de apoyo válidas (3.683) y el que, sobre el papel, partía con más opciones de triunfo, pero en un ejercicio de responsabilidad, dijo, dio un paso al costado para “hacerle un favor” al Barça porque “mi temor es que, con tantas opciones, el club sea ingobernable”.

“Locomotora imparable”

Núñez, feliz por el éxito alcanzado, confirmó que “mi ilusión era poder trabajar por el Barcelona”. Ariño fue la otra cara de la moneda: “Ha perdido el Barça”, dijo. Y Casaus, al que muchos vieron como un ‘satélite’ de Núñez para dividir el voto y evitar la bipolarización de los comicios, comentó que “ahora hay que apoyar al nuevo presidente”. Nicolau acabaría sumándose a la directiva de Núñez como vicepresidente.

Una de las primeras acciones del nuevo presidente, socio desde el 18 de agosto de 1958 con el número 53.336, fue la reducción del palco del Camp Nou. Eliminó 90 plazas y las puso a la venta por 300.000 pesetas. El Barça necesitaba hacer frente a pagos urgentes y a Núñez no le tembló el pulso para eliminar privilegios. Fueron los primeros ingresos atípicos de los que tanto se jactó el nuevo mandamás barcelonista.

Prueba de que Núñez nada tuvo que ver con la retirada de Sagi fue la renovación del contrato que el publicista tenía en exclusiva con el FC Barcelona. Eso sí, después de describirle la precaria situación económica del club, le aumentó el precio.

Núñez fue presidente entre 1978 y 2000 y uno de sus logros indiscutibles fue la consolidación de la economía del club, así como su modernización e internacionalización. Deportivamente, con las secciones profesionales, fútbol, baloncesto, balonmano y hockey, conquistó 140 títulos oficiales, destacando especialmente la Copa de Europa de fútbol, lograda el 20 de mayo de 1992. La gestión y obra de Núñez, “una locomotora imparable”, como en una ocasión lo definió el vicepresidente Josep Mussons, sería merecedora de un extenso y detallado recopilatorio.