El Liverpool derrapa

Origi anotó el 2-2 gracias a un error garrafal del meta del West Ham

Origi anotó el 2-2 gracias a un error garrafal del meta del West Ham / sport

Jordi Blanco

El Liverpool ha entrado de mala manera en el mes de diciembre y tras enlazar ocho victorias y dos empates desde el diez de septiembre se ha descolgado del intocable Chelsea, que ya le saca seis puntos.

Una semana después de sufrir una derrota inexplicable en Bournemouth, el equipo de Jürgen Klopp fue incapaz de superar a un rival, el West Ham, que llegaba a Anfield en plena crisis, habiendo sumado apenas dos puntos de los últimos quince disputados y alrededor del cual se reproducen las dudas acerca del futuro de su entrenador, Slaven Bilic.

Los reds ya han perdido cinco puntos en las dos últimas jornadas

En Anfield, donde la pasada temporada se paseó con un 0-3 incontestable, el West Ham ofreció las malas sensaciones de los últimos tiempos, pero sobrevivió a base de fortuna... Por más que el empate definitivo del Liverpool llegase tras un error garrafal de Darren Randolph.

Lallana avanzó a los reds en su segundo remate a puerta, apenas consumidos cinco minutos de partido y rematando un centro de Mane, con tres zagueros hammers como testigos de excepción, mirando y no buscando el balón. Derrumbado, el West Ham parecía dirigirse al matadero, hasta que emergió la figura de Payet.

El francés, con un lanzamiento directo, igualó cerca de la media hora y no mucho después, un error de bulto de Matip en la cobertura le ofreció a Michail Antonio la posibilidad de marcar el 1-2, que no desaprovechó ante el desespero de Loris Karius.

Randolph regaló el 2-2 al Liverpool... Y después salvó de la derrota al West Ham

Sin fútbol pero con suerte, el equipo de Bilic se marchó al descanso con ventaja... Que le duró apenas un suspiro en la segunda mitad, igualando Origi a placer tras el fallo desastroso de Darren Randolph, el meta del West Ham incapaz de agarrar un centro de Mane.

A partir de ahí se multiplicó el acoso del Liverpool Randolph se hizo perdonar con dos excelentes paradas, resguardando la meta de un equipo cada vez más apocado y agarrado a la provindencia para sobrevivir.

Lo consiguió el West Ham, manteniéndose por los pelos fuera de los puestos de descenso, y provocó el pasmo en Anfield, derrapando por segunda jornada un Liverpool cada vez más descolgado del líder.