CRISIS DIPLOMÁTICA

Sánchez aprovecha la crisis con Milei para enarbolar la bandera del patriotismo

Los socialistas cuestionan el "falso patriotismo" de la oposición por no cerrar filas con la defensa de las instituciones españolas

En Moncloa hablan de “ataque” y argumentan que se trata de defender al país. Algo que “trasciende a la mujer del presidente del Gobierno y al propio presidente”

El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, en rueda de prensa este martes desde La Moncloa tras el Consejo de Ministros.

El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, en rueda de prensa este martes desde La Moncloa tras el Consejo de Ministros. / José Luis Roca

Iván Gil

El Gobierno quiere hacer de la crisis diplomática con Argentina una suerte de causa nacional. Un cierre de filas no con el Gobierno, sino en torno a las instituciones españolas que consideran “atacadas” por el presidente argentino, Javier Milei. De ahí que se esté tratando de cuestionar el patriotismo de PP y Vox y disputar esta bandera a la derecha. Tanto por el rechazo frontal de los de Santiago Abascal a las decisiones del Ejecutivo, que este martes escaló la crisis diplomática con la retirada de la embajadora en Buenos Aires, como por la “tibieza” y los “peros” de los populares.

“Lo grave es quien le rió y aplaudió, como también es gravísimo quien no lo tiene claro”, reprochan fuentes de Moncloa sobre la posición de la derecha y la ultraderecha en esta crisis. “¿Esto es patriotismo?”, se preguntan las mismas fuentes. En Ferraz ya arremetieron contra el “patriotismo impostado y falso” de PP y Vox por no arropar la decisión de llamar a consultas a la embajadora en Buenos Aires.

El ministro de Exteriores, José Albares, hizo una ronda de llamadas a los portavoces de todos los grupos parlamentarios para pedirles su apoyo antes de anunciar esta medida. Vox declinó atender su llamada, según fuentes conocedoras de estas gestionas, mientras que el portavoz del PP, Miguel Tellado, le pidió tiempo un plazo de una hora para consultarlo con su organización y transmitirle una respuesta. La comparecencia institucional de Albares incluso se retrasó para esperar otra hora más. Transcurrido ese tiempo ya no hubo una segunda llamada y se interpretó su falta respuesta como un rechazo a la iniciativa.

El resto de grupos sí transmitieron su apoyo tras las palabras de Milei en un acto de Vox acusando de “corrupta” a la esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez. En Moncloa hablan de “ataque” y argumentan que se trata de defender al país, algo que “trasciende a la mujer del presidente del Gobierno y al propio presidente”. “Mañana estará otro y se puede encontrar con lo mismo”, aseguran para situar esta crisis como inevitable ante una “injerencia en asuntos internos”.

El jefe del Ejecutivo, tras pedir este lunes una rectificación en público y avisar de una “respuesta acorde”, ya puso el foco en la posición de los populares para calificarse de poco patriótica. “Más allá de la ideología está la educación y el patriotismo”, arremetió para intentar vincular las posiciones políticas de Alberto Núñez Feijóo con las del mandatario argentino.

Apenas unos minutos antes de la intervención de Sánchez, desde Ferraz, la portavoz Esther Peña enmarcaba el patriotismo como un ejercicio de “lealtad a España y sus instituciones” que estarían practicando los socialistas y no la oposición. “El patriotismo no es una pulserita o enarbolar la bandera”, añadía para descalificar sus posiciones de “patriotismo de 'Aliexpress, de baja calidad y copia cochambrosa”. “No les importa lo que pase en este país y a sus ciudadanos, mientras ellos piensen que arañan cuatro votos”, concluía.

Movilizar y "retratar" al PP

Los socialistas buscan llevar este cuestionamiento dell patriotismo de PP y Vox a los parlamentos autonómicos a través de declaraciones institucionales de condena a las acusaciones de Milei. Una forma de "retratar" a la oposición para incidir en que no se posicionan al lado de la instituciones españolas. No se trata de una orden de Ferraz, según explican fuentes de la dirección, pero son varios los grupos parlamentarios autonómicos que las están promoviendo, como es en el caso de los parlamentos de Madrid, Andalucía y Galicia, mientras que otros lo están debatiendo.

Otras fuentes de Ferraz reconocen que esta situación sirve para movilizar al electorado progresista “más perezoso” en las próximas elecciones europeas. Lo cierto es que el PSOE ha diseñado una estrategia de campaña para las elecciones europeas con un enfoque dicotómico, de progreso frente a reacción, y el conflicto diplomático con Argentina ha venido a reforzarla. Una situación que ha servido a Moncloa y Ferraz para erigirse en muro frente la “ola ultra”. Todo ello, agitando lo que los politólogos llaman efecto rally round the flag o, lo que es lo mismo, un cierre de filas ante un conflicto frente al que los socialistas insisten en que no cabe la equidistancia.

El aval de las catalanas

La disputa por la bandera del patriotismo ya se comenzó a reivindicar tras las elecciones catalanas, lanzándose a contraponer su “patriotismo útil” para encarar el conflicto territorial frente a la oposición. Pero no solo eso, pues si la agenda social y desjudicialización de la política catalana son las vías que los socialistas asocian con la holgada victoria del PSC y la ruptura de la mayoría independentistas, enterraron con más ímpetu también las soluciones de los partidos separatistas que busquen “dividir” y piden un cambio de paradigma. “España está más unida que en 2017”, defendió Sánchez durante su primera entrevista tras estos comicios y volvió a repetir el pasado lunes.

El PSOE se juega en estas elecciones europeas asentar nuevamente su legitimidad en las urnas y darle la vuelta al plebiscito que buscan los populares. De acercarse a un “empate técnico”, con una diferencia de “dos o tres puntos” con los populares, incluso deslizan que se pondría en cuestión la continuidad de Feijóo al frente del PP. Para ello, confían en espolear la movilización situándose como dique frente a la derecha y ultraderecha y erigiendo la bandera del verdadero patriotismo. No solo de forma figura, pues en la fachada de la sede federal de Ferraz cuelga desde hace tres semanas una enseña nacional para reivindicar los símbolos patrios "con normalidad".