MI VERDAD

Neymar tiene razón; Luis Enrique se equivoca

Neymar, sustituido en Sevilla

Neymar fue sustituido en Sevilla / sport

Josep Maria Casanovas

POLÉMICA ABIERTA. La sustitución de Neymar en Sevilla trae cola. No fue un cambio cualquiera, fue un cambio con mala pata ya que tuvo consecuencias en el marcador. Luis Enrique tomó una decisión equivocada, aunque por su forma de ser le cuesta reconocerlo. Consecuencia de todo ello es la polémica abierta que puede tener consecuencias en el vestuario. Los jugadores tampoco entendieron el cambio aunque prefieren callar para no crear más tensión de la que ya existe. Messi y Alves, los mejores amigos de Neymar, ya le han manifestado en privado que están de su lado. El cambio del brasileño cuando estaba jugando un buen partido no fue una chuminada, fue un error que no debe tomarse a broma. En la vida, cuando no aciertas, es mejor ponerte una vez rojo que muchas colorado. Neymar no pudo evitar mostrar su disgusto cuando llegó al banquillo, aunque posteriormente se haya mordido la lengua para no echar más leña al fuego. Simplemente ha confesado a sus amigos brasileños que no entiende por qué el entrenador le cambia con tanta facilidad. Analizados los datos de la temporada, no le falta razón. En 34 partidos ha sido sustituido en 15 ocasiones. Esto significa que de cada dos partidos en uno ha sido cambiado. Y hay un dato que se puede entender como un agravio comparativo: Luis Suárez ha sido sustituido 10 veces en 30 partidos, una vez cada tres encuentros.

FALTA LA RELACIÓN HUMANA. Neymar se considera injustamente tratado. En Sevilla dio la asistencia a Messi que propició el primer gol y marcó un golazo espectacular en un lanzamiento perfecto de falta. Volvió a brillar con luz propia con un juego vertical e incisivo que fue una pesadilla para los defensas andaluces. El hecho de que no hubiese jugado el miércoles contra el Almería le hacía pensar que estaría los noventa minutos en el campo. Según el criterio de la mayoría de periodistas y aficionados, el cambio más lógico hubiese sido Luis Suárez, que tuvo una noche aciaga en el remate a gol. Neymar se siente poco valorado e intranquilo y el entrenador no habla con él, por lo que no hay sintonía entre ambos. Por su rendimiento y buena predisposición, merecería otro trato. Algo parecido a lo que también pasa con Messi, que sigue teniendo una relación fría por no decir nula con Luis Enrique. En un equipo las relaciones humanas son muy importantes y si el que manda no predica con el ejemplo, la falta de relación entre el técnico y los jugadores puede llegar a ser negativa para el equipo.