El Girona pasa la tormenta a costa del Rayo

El Girona lavó sus heridas y volvió a disfrutar de sus mejores sensaciones. Los de Míchel golearon 3-0 al Rayo Vallecano en Montilivi tras acumular tres jornadas sin victorias, valiéndose de los goles de Viktor Tsygankov y Savinho (por duplicado) para advertir que aún no ha dicho su última palabra en LaLiga EA Sports.

Real Sociedad de local (0-0), Real Madrid (4-0) y Athletic (3-2) como visitantes. El saldo de tres partidos sin ganar no era tan grave como 270' en los que se desconoció el equipo, su estilo vertical y su ansia de gol. Era menester mostrar una mejor cara.

Volvían a verse las caras vallecanos y catalanes a poco más de un mes de su último choque. La Copa del Rey, aquel 17 de enero, hizo sonreír a los de Míchel (3-1), que luego se despedirían del certamen tras caer ante el Mallorca. Era el Rayo de Francisco. Su reemplazante, Iñigo Pérez, sacó un empate ante el Real Madrid en su estreno el pasado fin de semana. Llegaba amenazante a Montilivi.

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También lo hizo el chaparrón, tan sorpresivo como largo en Girona. Se había colgado el sold-out en la previa, pero los litros de agua no dieron tregua. Llegaron 8.932 espectadores a un inicio de partido muy empantando. Fríos quedaron Gazzaniga y Dimitrievski con una primera media hora en la que apenas se movieron.

El diluvio arrastró la creatividad, aunque no mermó en la fuerza de un equipo rojiblanco necesitado de la victoria. Defendía bien el Rayo, de bloque bajo e incómodo, sacrificando una zona ofensiva escondida entre la zaga gerundense. Solo Unai López inquietó con un optimista remate desde fuera del área. La respuesta, eso sí, fue más agresiva.

Yangel Herrera llevó los mayores disgustos a la zaga de Iñigo Pérez durante la etapa inicial. Primero con su cabeza, rematando un córner de Aleix García sin mucha potencia. Y luego con la derecha, llegando a terminar la internada habitual de Yan Couto por banda. Otra pierna, la de Lejeune, ahogó el grito de gol. Y con los ceros navegaron hasta el descanso.

UN VENDAVAL EN LA PARTE FINAL

Los de Míchel saltaron decididos tras el descanso, presionando sin cesar a una defensa vallecana que hacía más aguas que nunca. Bastaba encontrar el espacio perfecto para terminar de asestar el golpe. Y lo halló David López sacando al equipo desde su línea.

El zaguero alzó la cabeza y vio a Miguel lanzarse por su carril. Allí le llegó el balón elevado, aprovechando la poca resistencia de un Balliu superado por el tándem con Tsygankov. Fue el ucraniano, precisamente, el que reclamó el envío al área del lateral. No falló con su zurda, decretando el 1-0 que liberaría un grito que Montilivi contenía desde hace más de un mes.

SAVINHO Y SENTENCIA

Apretó más que nunca el Girona. Pudo caer el segundo, aunque falló el que no suele hacerlo. Artem Dovbyk desperdició la posibilidad de llegar a la quincena de tantos ligueros porque, con la portería a su merced, la envió por encima del travesaño.

Se animó el Rayo sin nada más que perder, poniendo a trabajar a Gazzaniga Pero la roja a Pep Chavarría, ingresado en la segunda etapa, fue una cruz muy pesada. El premio fue para el Girona, que remató con un Savinho letal para colgar dos goles en el tiempo añadido, llevando el remar rojiblanco al buen puerto de los tres puntos. El primero, tras pase de Pablo Torre, y el segundo con una jugada individual de bandera. Vendaval de fútbol y arcoíris de victoria.