El adiós de Barcelona a D10S

Concentración argentina en Barcelona para despedir a Maradona

 Maradona también tuvo un pequeño homenaje en Barcelona para recordar su figura / Maite Jiménez

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

La cita, a través de mensajes de ‘Whatsapp’ y el  resto de las redes sociales, estaba prevista para las ocho de la tarde. Sin embargo, una hora antes del momento previsto, ya eran decenas las personas que ocupaban el Arco de Triunfo de la Ciudad Condal para rendir su último homenaje a Diego Armando Maradona.

Barcelona se echó a la calle para despedir al ‘10’. La colonia argentina era la más importante, pero también llenaron los alrededores de la zona elegida muchas  personas que, como reconocían algunos, no han estado nunca en Buenos Aires:“Maradona no es solo argentino, es alguien al que queremos en todo el mundo”, reconocía Miguel, seguidor del Barça, que también confesaba que “no lo vi jugar en el Camp Nou porque yo era muy pequeño, pero mi padre me ha hablado mucho de él y, desde entonces, siempre le he seguido”.

Pasión

Si el fervor casi religioso de alguien que no le conoció y ni tan siquiera comparte nación con Maradona es así, quienes sí tienen vínculos comunes no pararon de hacer ruido:“El Diego es lo más grande que le ha pasado a Argentina”, reconocía Gabriel. “No es solo el fútbol, es más que eso, le queremos porque nos representa a todos”, añadía.

Fueron alrededor de dos centenares de personas las que acudieron al Arco de Triunfo para dar color a una velada triste. La albiceleste era la camiseta más común entre quienes allí estaban y ni uno solo de los clubs argentinos que allí se vieron representados podían hacer frente a  los colores predominantes.

Familia

Lalo, camiseta de River, no tenía ningún reparo en asegurar que “Maradona es de todos porque, más allá de haber jugado para Boca, nos dio la alegría a todos los argentinos”. Quien habla reconoce que “yo tenía seis años y recuerdo la felicidad y los gritos de mi padre y mi madre entonces”. Su padre y su madre siguen viviendo en Buenos Aires y siguen siendo aficionados de River, pero su hijo, Lalo, se trasladó a Barcelona, donde mantiene la fe inquebrantable hacia el ídolo nacional que es Maradona. 

Pancartas, camisetas, paraguas y, sobre todo, cánticos, muchos cánticos. El Arco de Triunfo, en época de pandemia, se vistió de largo para acoger a un público ruidoso, aunque, eso sí, respetuoso porque la inmensa mayoría de los presentes llevaban mascarilla y, aunque era difícil mantener la distancia de seguridad por la euforia del momento, buscaban respetar las normas en todo momento.

Maradona tuvo, en la ciudad en la que vivió dos años jugando con la camiseta del Barça, una despedida a la altura de su figura. Más allá de su trascendencia como blaugrana, la Ciudad Condal le brindó un cálido, ruidoso y merecido homenaje.