Nadal conquista su décimo título en Roma

El español derrotó en la final del Masters 1000 de Roma a Novak Djokovic (7-5, 1-6 y 6-3)

Llegará a Roland Garros con dos títulos bajo el brazo tras la gira de tierra batida

Nadal derrota a Djokovic y se corona campeón en Roma

Àngels Fàbregues

Àngels Fàbregues

Lo volvió a hacer. Rafa Nadal avisó de que el trabajo de cara a Roland Garros estaba hecho, pero no dijo que también había completado lo necesario para conquistar su décimo Masters 1000 de Roma. Lo hizo a lo grande, con un gran tenis y ante su eterno rival, Novak Djokovic, que por un momento creyó que podría superar al rey de la tierra, pero no. Ganó ‘The Gladiator’ Nadal por 7-5, 1-6 y 6-3 demostrando que sigue siendo el gran dominador en la tierra y avisando de que será el hombre a batir en Roland Garros, por si alguien tenía dudas.

El mallorquín ya tiene 10 trofeos de Roma en su palmarés. El primero llegó en 2005 cuando ganó al argentino Guillermo Coria con tan solo 18 años por 6-4, 3-6, 6-3, 4-6, 7-6. A partir de ahí, empezó su historia de amor con el Foro Itálico donde ha mostrado un gran dominio durante estos años ganando diez de las diecisiete ediciones que se han disputado desde entonces en las que, curiosamente, Nadal nunca ha faltado. Pese a las múltiples lesiones con las que el mallorquín ha lidiado a lo largo de su carrera, jamás ha faltado en Roma tampoco en Roland Garros y Madrid.

Djokovic le apretó

Pero si Rafa tiene un idilio con este torneo, Djokovic también tiene una seria historia de amor con Roma, donde ha ganado en cinco ocasiones y además, este año defendía el título tras imponerse en 2020 al argentino Diego Schwartzman (7-5 y 6-3). Así que era una final que prometía emociones fuertes, la sexta entre el serbio y el español en este escenario, y sin duda no defraudó a los 2.917 espectadores que se citaron en las gradas.

Era nada menos que la 57ª ocasión en que se enfrentaban Rafa y ‘Nole’, se conocen a la perfección y de ahí que el partido se iniciara como una partida de ajedrez, con dos estrategas que buscaban fórmulas para provocar los fallos del oponente. Lo consiguieron con deliciosos puntos donde de nuevo se veían a los dos mejores jugadores de la historia, Roger Federer al margen.

En el primer set dio primero el serbio con un 2-0 tras romper el servicio a Nadal, pero con un contrabreak el mallorquín puso de nuevo las cosas en su sitio hasta llegar al undécimo juego donde el balear de nuevo rompía el saque de su rival. Djokovic sabía que el giro era importante y lo mostró en el banquillo girándose hacia su palco y gritando muy cabreado. Era el mejor síntoma de que las cosas se ponían muy de cara para Nadal, que se llevó la manga al siguiente juego.

Pero ya se sabe que el número uno tiene mil vidas y suele gastar muchas en un mismo partido. Salió a disputar la segunda manga con la obsesión de igualar el partido y supo desordenar al balear de tal manera que se la llevó por un contundente 6-1. Vuelta a empezar.

Convencido y confiado

Nadal se sentó en su silla, cerró los ojos, pensó, meditó y analizó la situación antes de salir a por el partido. Pareció que de entrada era el serbio quien llevaba la final a su terreno, pero con 2-2 Rafa salvó dos bolas de ‘break’ importantísimas. Fue el punto de inflexión que necesitaba el tenista de Manacor que ya no daría opción a Djokovic. En aquel momento supo que el título era suyo y con un repertorio de golpes ganadores y después de que el número uno salvara una bola de partido, Rafa se llevó el premio por el que tanto luchó y levantó la décima corona en un Foro Itálico que le ovacionó y celebró que su ‘heroe’ volviera a ser el campeón.

Nadal está a punto, recuperado, confiado y con este nuevo título sigue agrandando la leyenda.