Violencia machista

Un maltratador con orden de alejamiento huye de la Guardia Civil y se refugia dos días en casa de su víctima en Gran Canaria

La Justicia ordena su inmediato ingreso en prisión tras ser detenido

Un agente de la Guardia Civil.

Un agente de la Guardia Civil. / EP

Carlota Barcala

Recién cumplida la mayoría de edad, comenzó a delinquir. Acumula una detención tras otra: agresiones, robos, delitos de malos tratos... Ahora, tiene 37 años y lleva 20 entrando y saliendo de los calabozos. También de la cárcel, donde se espera que este delincuente, de los más "peligrosos" de la zona centro de Gran Canaria, esté encerrado una larga temporada tras quebrantar una orden de alejamiento y refugiarse dos días en la vivienda de su víctima. 

El 6 de mayo lo engrilletaron por última vez al vulnerar la medida cautelar impuesta a consecuencia de los delitos de violencia de género. Los metros que el juez ordenó que no se acercase a su víctima le impiden entrar en Vega de San Mateo, debido al reducido tamaño de la localidad. Es territorio prohibido para él y zona segura para la que fue su compañera sentimental. Pero aun así, hizo caso omiso a la condena.

Los agentes de la Guardia Civil recibieron el 4 de mayo una llamada de alerta. Una conductora advertía que había otro piloto circulando en dirección San Mateo realizando maniobras que ponían en peligro la integridad física del resto de usuarios de la vía: rápida velocidad, vaivenes, zigzags... La mujer logró facilitar la matrícula del coche.

Al pasarla por la base de datos, saltaron todas las alarmas. Se trataba de "un peligroso delincuente" –en palabras de la Guardia Civil–, muy conocido en el municipio. No en vano, cuenta con una orden de alejamiento en materia de violencia de género hacia su expareja sentimental. Y hacia la casa de ella se dirigía. 

Pero antes de este último delito de malos tratos, el malhechor ya acumulaba reseñas por hechos delictivos contra las personas (es decir, agresiones que no tienen que ver con la violencia machista) y delitos contra el patrimonio (robos, daños de mobiliario público...). Todo esto desde el año 2004, recién superada la minoría de edad.

La exmujer, en la vivienda

Para más preocupación, los agentes comprobaron que la mujer se encontraba en el domicilio en los momentos en los que su verdugo se acercaba. Por ello, decidieron que lo más urgente, antes incluso de interceptarlo pese al riesgo que suponía para los demás conductores de la calzada, era proteger a la mujer maltratada.

Una patrulla se dirigió a la casa de la expareja y a los minutos de su llegada, en las inmediaciones de la casa, localizaron al agresor. "Llegaba a gran velocidad y al darse cuenta de la presencia de los agentes, emprendió la huida con el vehículo que conducía", explican desde la Guardia Civil sobre cómo sucedieron los hechos.

Los guardias le dieron el alto, intentaron detenerlo, pero no tuvieron éxito. El delincuente, para conseguir escapar y que no lo volviesen a encerrar en un calabozo, se adentró por calles estrechas, de solo un carril y en sentido contrario, generando el caos en las carreteras y poniendo en peligro a los demás usuarios de la vía pública. 

Escape

El hombre logró huir y apresarlo era el principal objetivo de los agentes del puesto de la localidad, sobre todo, por el daño que le podía causar a la mujer, desprotegida en ese momento. 

La Guardia Civil diseñó y dispuso un operativo de búsqueda para el delincuente con la finalidad de localizarlo y detenerlo. Comenzaron a recabar información sobre el posible paradero, una tarea que le llevó dos días. El hombre no había salido del pueblo y, por ello, lo más seguro era que se refugiase en un lugar: la casa de su víctima. 

Decidieron acordonar el domicilio, donde nadie abría la puerta y, obviamente, él no se entregaba. Al verse rodeado, volvió a tratar de huir, y lo hizo por la azotea de la casa, en la que llevaba dos días refugiado. Fue entonces cuando los agentes lo detuvieron y, tras un paso por el puesto principal, lo trasladaron ante el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Las Palmas que decretó su inmediato ingreso en prisión.