El 'bendito' latifundio del Andorra

Perder contra el Mirandés enfrió el play-off y ahora ‘sólo’ debe acabar el curso. Una situación tranquila que firmaba en agosto

La permanencia está a un punto de ser matemática y la promoción está a ocho puntos con sólo doce en juego

Alti, en el partido contra el Mirandés

Alti, en el partido contra el Mirandés

Roger Payró

Casi nueve meses después de haber empezado una ilusionante e histórica etapa en Segunda División, el Andorra llega al tramo final de liga sin obligaciones. Si se lo llegan a proponer en agosto en el Principado habrían faltado bolis para firmarlo.

Caer contra el Mirandés cortó una racha de ocho jornadas invicto, con cuatro victorias y otros tantos empates. Esta serie de resultados positivos catapultó a los tricolor en la tabla, dando el espaldarazo definitivo a la permanencia y poniéndolos en posición de aspirar seriamente al play-off si no se fallaba en el último tramo. Pues la primera, en la frente. 

La permanencia es virtual -le separan once puntos con doce en juego- es virtual y casi con total probabilidad será matemática la próxima jornada. La promoción se ha quedado a ocho unidades, una distancia demasiado amplia como para planteárselo. 

La derrota contra el Mirandés ha dolido, pero que los árboles no impidan ver el bosque. Esta temporada su objetivo era salvarse y no ha estado en la zona roja en ningún momento. Objetivo logrado y con creces. Ahora sólo queda disfrutar de esta ‘zona de nadie’ y terminar el curso lo más decente posible.