Nadal se regala otra final en Roland Garros tras la lesión de Zverev

En el día que cumple 36 años, el balear se metió en su 14ª final en París aunque de forma amarga por una lesión de tobillo del alemán

Tras remontar épicamente el tie break del primer set Nadal forzó el desempate en el segundo en un punto donde Zverev quedó KO y en silla de ruedas

Nadal, yendo a consolar a un Zverev totalmente KO en el suelo

Nadal, yendo a consolar a un Zverev totalmente KO en el suelo / EFE

Roger Payró

El 3 de junio de 2022 no será recordado como el aniversario más feliz de la historia para Nadal. Suena raro teniendo en cuenta que ha cumplido el objetivo que se marcaba cuando se levantaba y que soplará las 36 velas sabiendo que es finalista de Roland Garros por 14ª vez en la historia. Sin embargo, el balear logró el pase de la peor forma posible por la retirada de su rival. Zverev, que estaba ante el partido más importante de su vida, terminó saliendo de la pista en silla de ruedas y volviendo a ella en muletas para firmar oficialmente su renuncia al partido.

La verdad es que no se contemplaba otro escenario. En el punto en el que Nadal forzó el tie break del segundo set el alemán apoyó mal con su tobillo derecho y se lo dobló hacia fuera por completo. Se retorció de dolor en el suelo, llorando y gritando. Se erizó la piel de todos los presentes en la Philippe Chatrier, que estaba disfrutando de otro partido de época. Se llevaban más de tres horas de partido y la segunda manga aún en marcha. Un dato más que significativo. Después de apuntarse Rafa el primer parcial por 7-6(8), con una remontada al alcance de muy pocos –perdía 2-6 en el desempate- el segundo iba camino de ser clave para el desarrollo del mismo. Lamentablemente, nos quedamos sin espectáculo, aunque evidentemente eso es lo menos importante. Que lo de ‘Sascha’ sea lo menos posible.

Gran inicio de Zverev

El tenista de Hamburgo había entrado mejor a la semifinal. Era la primera vez que se medía a Nadal en Roland Garros, ese Grand Slam que el manacorí ya levantaba en 2005 cuando Alexander tenía apenas ocho años. Un quiebre en la primera opción de rotura que tuvo marcaba cuáles eran sus intenciones. Pese a que el revés es su golpe fetiche, la derecha le corría cosa mala al germano. Y eso que la lluvia que caía en París obligó a que el duelo fuera bajo techo, lo que hizo la pista más pesada, con condiciones más húmedas y reduciendo la velocidad de las bolas.

Le dio igual a Zverev, que se mantuvo con mucho aplomo hasta el octavo juego. Solo sus regalos le daban interés cuando estaba al servicio, y de tanto jugar con fuego al final se quemó. Rafa encontró el camino del 4-4 y ahí cambiaron las tornas. Llegó incluso a tener tres bolas de set al resto. Debería esperar hasta el tie break para adjudicárselo. ‘Sascha’, que llegó más tocado al desempate pese a que con 5-5 malogró dos bolas de break, volvió a mostrar su versión más sólida y se colocó 2-6.

Remontada épica 'made in Rafa'

El reto era mayúsculo para Rafa. Pero en Roland Garros, el balear desafía a la lógica. Salvó las cuatro set balls dejándonos puntos que solo Nadal puede hacer y las siguientes ya fueron para él. A la tercera, con un passing ganador, llegó el premio. 10-8.

Había sido más de hora y media de set. El segundo empezó inmejorable rompiendo el servicio de Zverev en blanco. Sin embargo, el manacorí se complicó cediendo el servicio a continuación y el festival de breaks se disparó. Hasta cuatro veces seguidas lo perdió Nadal, algo inédito en tierra batida. No sumó con su saque hasta el 5-5. Suerte que Zverev tampoco estuvo firme.

El nivel seguía siendo muy alto y prueba de ello fue un rally de 44 golpes que nos dejaron. De los mejores de la historia. Ambos mantuvieron el saque para llegar a un tie break que nunca se jugó. Nadal, acongojado y un poco en shock por ver a su rival tirado en el suelo, terminó consolándolo en el box antes de que se hiciera oficial su retirada. "Estoy muy triste por él, estaba jugando muy bien. Es un gran amigo en el circuito y sé lo que estaba luchando para ganar un Grand Slam. Pero sé que va a ganar más de uno", dijo a pie de pista Nadal. Un aniversario agridulce, pero que olvidará desde mañana. El domingo, otra final en París. Ruud o Cilic será su oponente.