Vinicius, el adolescente picante que desespera al Real Madrid

El brasileño no da un paso atrás para embarrarse en refriegas que le preparan las defensas rivales emboscadas para pararle

Le pegan, le provocan y le insultan y salta como un resorte alejándole de su mejor versión y minimizar sus internadas y diabluras

Ancelotti quiere alejar a Vinicius de las polémicas

Ancelotti quiere alejar a Vinicius de las polémicas / Efe

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Hasta la afición madridista empieza a hartarse de la actitud adolescente de un Vinicius estelar. Es el delantero más determinante del Real Madrid, capaz de revolucionar los partidos con sus internadas y diabluras, pero también de protagonizar acciones que derriten la paciencia de propios y extraños. Ancelotti se esmera en hacer el papel de educador, de insistirle en que se centre en el juego y se olvide de las provocaciones, pero no acaba de conseguirlo, porque la pelea sin arrugarse va en el ADN del brasileño.

En Bilbao volvió a dar la nota discordante en un partido bravo pero honesto, sin acciones marrulleras. Perdió la batalla ante un De Marcos impulsivo pero noble, y acabó enfrascado en disputas orales y retos destemplados. Es cierto que es el jugador que más faltas recibe en la Liga, lo que le lleva a tensionarse con los árbitros, porque le rascan, le buscan, le provocan y hasta le insultan, pero las defensas ya saben que es el camino más corto para desactivar el peligro que genera. Un guión que casi todos sus marcadores siguen para minimizar su fútbol con muchas probabilidades de éxito, visto que sigue viviendo en esa adolescencia picante.

BAJÓN EN LA PRODUCTIVIDAD

Vinicius ha dejado de ser igual de productivo que en la primera parte de la temporada. Ese jugador que asumió el rol ofensivo de su equipo ante las repetidas ausencias de Benzema. El que marcó 10 goles y dio 5 asistencias para tirar del equipo en esa racha que acabó con la llegada de noviembre. Desde entonces, su productividad ha caído a un gol en nueve partidos y sin asistencias. Quizá sea porque Ancelotti no ve el momento de darle descanso, lo juega todo y por muy joven que uno sea, acaba pasando factura más en el aspecto mental que físico sobre todo si hace de cada partido una afrenta personal.

“A Vinicius le dije que hablase conmigo, que hiciera su partido. Vinicius es un gran jugador y muy sensible. Es verdad que todos le aprietan, los rivales, la afición, a veces el árbitro, pero la verdad es que le han dado muchas patadas. Debemos tener en cuenta que es muy joven. Todos le aprietan, yo creo que sin sentido. Le quiero mucho y queremos que sea respetado un poco más por parte de todos”, decía Ancelotti tras el partidos, que sigue un plan pedagógico que no acaba de funcionar por ese carácter indomable de un jugador que lleva en la sangre samba y capoeira, baile y combate.