Isco vuelve a ser el gran señalado en el Real Madrid

Isco queda señalado en el Real Madrid

Isco queda señalado en el Real Madrid / EFE

Alejandro Alcázar

Isco es de esos jugadores que cuando físicamente está bien, su fútbol es pura seda, magia por aquí y por allí, anticipación de pensamiento y un problema permanente para el rival. Es tan desequilibrante que cuando está mal se nota a la legua y eso pasó ante el Getafe. Fue el gran señalado de los blancos por su mal partido, nula aportación y, lo que es peor, permanentes fallos que facilitaron la labor presionante de los azulones de los que no se fue nunca.

El enfado de sus compañeros con él por tanto escaqueo se reflejé en el campo, al igual que en el partido ante el Espanyol, donde apenas aportó nada. Las estadísticas descubren su irregularidad producto de su escasa resistencia, de sus limitaciones físicas que parece no trabajar para superar esa tara. Ha sido titular en 12 partidos de los 33 de la Liga y no ha terminado ninguno; y 18 encuentros desde el inicio de los 45 de su equipo y en 17 fue cambiado antes del final. Solo acabó la semifinal de la Supercopa ante el Valencia en el que marcó uno de los tres goles que lleva este curso.

FALTA DE COMPROMISO Y FÍSICO

Las quejas de sus compañeros son por no verle comprometido y por esa actitud de ir por libre imitando la peor cara de Bale. Hay perplejidad por sus continuas ausencias en los entrenamientos en un momento de la temporada clave en el que Zidane necesita a todos sus jugadores a tope físicamente para afrontar una recta final de Liga sin tiempo para el descanso. Se le ve lento, impreciso, errático en el pase, no se va de casi ningún rival…

¿Está otra vez gordo?, se preguntan muchos. No lo parece, pero juega como si lo estuviese. Zidane, en su afán de recuperar su mejor versión lo ha puesto de titular los dos últimos partidos, justo después de recuperarse milagrosamente de una lesión de la que necesitaría 21 días para recuperarse pero que solo estuvo seis. Lo que muchos no entienden es como le da tanto protagonismo con el banquillo que tiene. Rodrygo, sin ir más lejos, fue el que alborotó el partido cuando salió, sin olvidar a James Rodríguez al que solo utilizó ante la Real Sociedad y demostró compromiso y aportó la calidad que el francés no valora.