Cristiano Ronaldo se queda solo en ataque

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Se acerca el partido de Múnich y las dudas vuelven a atenazar al Real Madrid en ataque. Fue la perdición del equipo de Zinedine Zidane en la primera parte del curso, cuando la falta de pegada condenó muchos marcadores pese a fabricar juego y ocasiones que nadie culminaba, incluso Cristiano. El portugués tuvo su periplo de sequía, pero recuperó su olfato en la segunda parte de la temporada para mantener vivo al equipo en la Champions, aunque llegó tarde a sujetarlo en la Liga y en una Copa que ni jugó.

Aquellos síntomas han vuelto a agarrotar el juego de los madridistas en los últimos partidos. El portugués vuelve a tener problemas para culminar las ocasiones que fabrica y o aparece Cristiano -lleva 12 partidos consecutivos marcando- o el equipo sufre por esa falta de pegada que comanda Karim Benzema. El francés es la piedra en el camino: ha marcado 2 goles y de penalti en sus últimos 12 partidos, ninguno de jugada. Un dato sintomático que refleja la ansiedad de un equipo que no ha pasado de un gol en tres de sus últimos cuatro partidos (dos empates y una derrota) y logró dos con apuros para ganar al descendido Málaga.

MALA PLANIFICACIÓN

La obsesión de Zidane por Benzema deja Cristiano como única pieza goleadora. Bale casi no cuenta y aunque no es un goleador nato, supera al francés pese a tener menos minutos. La última opción es Mayoral, pero el canterano tiene un papel testimonial. El técnico francés recurre a los media puntas para paliar esa falta de pegada, pero Isco, Asensio y Lucas Vázquez no son goleadores, son asistentes. Todo es reflejo de la mala planificación del técnico, en ese intento de no poner espinas en el camino de su protegido Benzema: ni fichó un relevo goleador a Morata ni da oportunidades a Mayoral.  

Las consecuencias son que Zidane vuelve a estar preocupado por la falta de gol en un momento crucial de la temporada. Estos días incide en ensayar el remate en los entrenamientos y presiona a sus jugadores con "hay que hacer goles".  Se agarra al hambre de Cristiano en la Champions para una eliminatoria comprometida ante el Bayern. Parece demasiado poco para salir del apuro, porque el portugués se vuelve a quedar solo ante la sequía de su equipo, aunque ha demostrado ser capaz de todo pese a las malas compañías.