Ancelotti sortea la crisis a base de empates
Tira de victimismo quejándose de que en el Madrid el empate es "antesala de la crisis" para desviar la atención del bajón de su equipo
La realidad dice que han empatado cuatro de los últimos ocho partidos, o dos de los tres últimos en los que él tuvo parte importante de culpa
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Ancelotti no es de los entrenadores que justifique sus errores, suele reconocerlos, pero también le gusta poner un punto dramático a lo que le rodea para justificar ciertos acontecimientos. El último ha sido tirar de victimismo para disimular el bajón dado por su equipo en los últimos partidos, en los que algunas de sus decisiones no fueron acertadas.
EL BARÇA, MÁS CERCA
El italiano asegura que empatar en el Real Madrid se interpreta como antesala de una crisis, en un intento de huir de la presión que rodea a su equipo. Se olvidó de que si se habla de bajón es porque antes de jugar contra el Celta habían empatado tres de sus últimos cuatro partidos. O que han empatado cuatro de los últimos ocho.
En la Liga se ha dejado 6 de los últimos 18 puntos disputados, en un momento importante del campeonato. Solo los fallos del Girona le han permitido ampliar su ventaja sobre el segundo clasificados. Los de Michel se han dejado 11 puntos de los últimos 18 disputados. Sin embargo, el Barcelona le ha recortado dos, al ganar 14 y dejarse solo cuatro en dos empates. Ha pasado de los 10 a los 8 puntos que le ha dado ciertas esperanzas si no falla en las 10 jornadas que quedan para el final.
SUSTO ANTE EL LEIPZIG
Otro dato que demuestra ese bajón ha sido en la Champions. El Madrid se plantó en los octavos de final ganando los seis partidos de la fase de Grupos y lo hizo con cierta autoridad. Le tocó el Leipzig, donde arrancó una valiosa victoria en un partido muy igualado (0-1). Pero en la vuelta en el Bernabéu sufrió para arrancar un empate y clasificarse pidiendo la hora. Un partido en el que Ancelotti fue señalado por experimentar con un once en el que puso un único delantero y cinco centrocampistas.
La goleada al Celta ha devuelto cierto sosiego a los blancos, que recuperaron el sello aparcado en el último mes. Se fue a por el partido desde el pitido inicial para someter al rival con una presión alta que le dio el control del juego y ganar con comodidad. Un estilo ausente ante el Rayo y el Valencia, donde rascó dos empates propiciados por sus propios errores. Pero Ancelotti se queja de que en el Madrid un empate (no cuatro) es la antesala de la crisis para un entorno exigente.
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