El club que no negocia con agentes

El culebrón con la renovación de Ousmane Dembélé, o las frecuentes expediciones de Mino Raiola para ofrecer a sus representados, son ejemplos de una dolorosa evidencia en el fútbol actual: no son pocos los agentes que marcan los tiempos en el mercado de fichajes. Un informe de la FIFA reveló que, en 2021, se pagaron en Europa unos 450 millones de euros a representantes. No en fichajes, tampoco en salarios. Sólo en comisiones.

Unos datos que han llevado a la propia FIFA a tomar cartas en el asunto. En el próximo verano, la organización tiene previsto cambiar las normas que regulan todas las operaciones mundiales. Su plan es limitar las comisiones para agentes al 3% del salario pactado con el jugador, y al 10% del valor de su traspaso. A la lucha contra el poder de los representantes le quedan muchos asaltos por delante aún. Sin embargo, en Inglaterra, hay un club que ya empezó la guerra por su cuenta.

Se trata del Gillingham FC. En esta ciudad del sur-este de Inglaterra, con un club que milita en League One, tercera división, hace tiempo que decidieron dar la espalda a los agentes. “Nuestra política se basa en no pagarles a no ser que sea estrictamente necesario”, declaró el año pasado el propietario del club, Paul Scally, a The Guardian.

“Tampoco es que mi objetivo sea no pagarles nunca nada. Hay contadas ocasiones en las que tengo que abonar una comisión, claro, pero trato de evitarlo y hacerlo lo mínimo. No me gustan los agentes ni su negocio. Nos las arreglamos en el fútbol mucho antes de que llegaran los representantes, y seguramente vivíamos en un mundo mejor”, reflexionó Scally.

No hay club en la Football League que haya pagado menos dinero que el Gillingham a intermediarios en los últimos seis años. En total, unos 95.000€ según la Federación inglesa. Equipos de su misma liga, han llegado a gastar más del triple en una sola temporada. Incluso conjuntos como el Salford City, de una liga inferior, lo superó en tan sólo el último año.

“En mis primeras temporadas en la industria negociaba directamente con los jugadores o sus familias. Como mucho, había algún abogado o representante legal”, recuerda Scally, mientras razona que “deberían ser los jugadores quienes pagan a su agente, no el club. En los tiempos que corren me toca mirar cada centavo para asegurar el futuro de mi club. ¿Por qué demonios iba a desperdiciarlos en agentes?”.

Luchar contra esto no es sencillo. Actualmente, los ‘Gills’ ocupan la 18ª plaza, dentro del límite de la zona de descenso de League One. Seguramente necesiten refuerzos para salvar la categoría. Y aún así, Paul Scally asegura que muchos representantes ni se molestan en contactarle, aunque parece importarle poco: “Hay aficionados que llevan 40 años apoyándonos y nos dicen que saben que nunca seremos un club 'top', ni glamouroso, pero que pese a todo seguimos vivos y amamos lo que tenemos porque es real. Y así seguiremos", sentencia.