Xavi necesitará la unidad de todo el barcelonismo

Memphis marcó para el Barça un gran gol al comienzo de la primera parte

Memphis marcó para el Barça un gran gol al comienzo de la primera parte / EFE

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Barça y unanimidad son dos conceptos casi antagónicos. A lo largo de la dilatada historia del club blaugrana, la división de sus socios y aficionados ha sido el denominador común. Pocas veces ha habido un consenso absoluto. Ni siquiera Guardiola. Ni Messi. Nadie ha conseguido que todos los culés piensen igual. Seguramente, es una señal de salud democrática y de pluralidad. El problema es que esta falta de unanimidad en torno a jugadores, entrenadores o presidentes ha provocado, en muchas ocasiones, radicalidad y enfrentamientos. El pasado reciente (y el lejano, también) está repleto de ejemplos. Los ‘ismos’ que han dividido al barcelonismo han socavado también la fuerza del club. Hasta dinamitarlo.

Ahora ha llegado el momento de cambiar esta historia. La llegada de Xavi debe ser el inicio de una nueva era. No solo futbolística, sino también social e institucional. Xavi, que el jueves será oficialmente entrenador del Barça, necesita esa unidad tan esquiva para construir un proyecto de futuro. Sin el apoyo de todos, su compleja misión será imposible. Apoyo externo y, sobre todo, apoyo interno. No tiene que haber ni una sombra de duda sobre la confianza de todos los estamentos del club en el nuevo técnico. Cualquier fisura sería un paso hacia el desastre.

La plantilla necesita ese entrenador fuerte. Incontestable. Con poder. Y legitimidad. Un auténtico líder. Porque la revolución debe ser profunda. Y ejemplar. Este sábado volvió a quedar claro que este Barça puede ser mucho mejor de lo que demuestra. Apostando por chavales como Nico y Gavi, que son el motor del futuro. De hecho, los dos canteranos fueron los mejores en el partido ante el Alavés. Pero con su ilusión y talento no es suficiente. Sergi Barjuan, en su condición de interino, no consiguió la reacción que se esperaba. El Barça jugó un poquito mejor que en los últimos encuentros de Koeman. Pero la diferencia fue tan ínfima que el resultado acabó siendo el mismo: dos puntos más perdidos en la Liga. Hubo algo más de intensidad. Y de circulación de balón. Pero sigue faltando profundidad en ataque. Y crear ocasiones de gol. Xavi tiene un trabajo titánico por delante para conseguir que este Barça vuelva a ser un equipo reconocible. Para que el Barça vuelva a ser el Barça. Y le vendrá bien la ayuda de todos. Y el apoyo unánime. Sin ningún tipo de 'ismos'.