Opinión

Xavi en el Barcelona y Míchel en el Girona

Será la tercera vez que se enfrenten Míchel y Xavi, que tienen muy buena relación

Será la tercera vez que se enfrenten Míchel y Xavi, que tienen muy buena relación / EFE

Si la semana pasada era la comparativa entre el Griezmann del Atlético de Madrid y el Joao Felix del Barcelona, ahora le toca el turno al duelo de entrenadores. El morbo esta en los banquillos en el duelo de esta noche entre el entrenador revelación de la liga, Míchel, y el técnico del actual campeón de Liga, Xavi Hernández.

Es ciencia ficción pensar que al Barcelona le podría ir mejor con Míchel en el banquillo o que le sacaría mejor rendimiento a esta plantilla, como que con Xavi el Girona podría estar jugando tan bien como con Míchel, aunque esto es más difícil de mejorar. Y lo de siempre, cuando vemos al entrenador del otro banquillo parece que en la novedad está el gusto y se suele valorar más lo de fuera que lo que se tiene en casa.

Es evidente la gran temporada que está haciendo el conjunto gironí y el buen trato con el balón que tiene el equipo de Míchel. Pero no olviden que es el mismo Míchel que filtreó con el descenso en Segunda y al que mantuvieron contra viento y marea los dirigentes del Girona. Porque así es el fútbol, unas veces estás arriba y otras abajo.

Entrenar al Barcelona es otra cosa. No digo que Míchel no pueda hacerlo, que es muy probable que si, pero no vale cualquiera ni en cualquier circunstancia. Hay sensibles, notables diferencias entre dirigir a uno de los grandes y dirigir al resto de equipos. Claro que también tiene mérito sacarle el mayor rendimiento a tus jugadores, y con el potencial de tu plantilla estar a estas alturas del campeonato compitiendo con el Real Madrid por el liderato y ganando doce de los quince partidos disputados. Una barbaridad. Son números de campeón, se dice pronto. Y ya con un tercio largo del campeonato consumido.

Tiempo al tiempo

Tenemos multitud de ejemplos de entrenadores que triunfaron enormemente en clubes de los llamados menores y que cuando tuvieron la responsabilidad de dirigir a los grandes equipos europeos no pudieron cumplir con las expectativas que habían generado. Benito Floro en el Albacete tocó la gloria deportiva y logró cosas increíbles con su llamado “ Queso mecánico”. Llegó al Madrid y ya fue otra cosa.

Más cerca en el tiempo y el lugar es el ejemplo de Quique Setién, cuyos equipos practicaban un fútbol ofensivo, atractivo y espectacular y cuando llegó al Barcelona lo que fue espectacular fue su batacazo y enorme decepción como técnico del equipo.

No, no tiene nada que ver. Dicho lo cual si su trayectoria sigue así Míchel está llamado a dirigir uno de los llamados grandes del fútbol. Ya sea en España, quizás en el futuro en el Barcelona, o porque no, en el Manchester City, grupo del que forma parte. Lo tiene todo para triunfar, está demostrando, pero tiempo al tiempo y prudencia.

Xavi ha dado un golpe en la mesa en los últimos partidos y ha revertido la difícil situación que llevaba el equipo. Ha vuelto a mostrar su capacidad en un momento delicado. Esta noche el atractivo está también en los banquillos.