Opinión

El 'superdotado' pagó la fiesta

El trámite de Georgia será recordado por la imagen de Gavi abandonando el terreno de juego entre lágrimas

Gavi, lesionado

Gavi, lesionado

El 'superdotado' dijo basta. Gavi también es humano, aunque a alguno no se lo parezca. El pulmón de la Roja, y el alma del Barça, rompió a llorar, y esta vez no fue de alegría. La imagen de Gavi abandonando el José Zorrilla mientras sujetaba su rodilla derecha entre las manos es de las que no se olvidan con facilidad.

Estoy convencido que De la Fuente no mintió cuando dijo que Gavi siempre quiere jugar. De igual manera, damos por hecho que el seleccionador y Xavi van de la mano a la hora de consensuar, más o menos, las convocatorias internacionales. Hasta ahí lógico y normal: un jugador siempre quiere jugar y un seleccionador siempre quiere llevarse bien con los técnicos de turno.

Lo que no es de rigor es que llegado el momento, un técnico, un seleccionador o quien tenga potestad no dé un paso al frente y diga: "Gracias señor Gavi, pero hoy no toca". Ni 'superdotados' ni frases más o menos ingeniosas. Cuando De la Fuente cambia a nueve titulares en un partido intrascendente a todos los efectos es por algo. Cuidados físicos para unos y rotaciones para contentar a otros. Y ahí, jamás ha llegado el turno de Gavi.

Gavi presenta unos números abrumadores: 27 convocatorias en los que ha participado en todos los partidos en mayor o menor cantidad de minutos. No es de recibo que De la Fuente, por iniciativa suya o por recomendación del Barça, no le dijera a Gavi que era el momento de parar y que tocaba ver el partido desde el banquillo. Como los otros nueve jugadores que abandonaron el once inicial respecto al partido de Chipre. NI más ni menos.

Y que conste que Gavi es uno más en la interminable lista de víctimas FIFA. El Real Madrid puede dar fe de ello, con Vinicius y Camavinga castigados en este mismo parón. O la Real Sociedad con Oyarzabal. La diferencia en algunos casos es caer en partidos en los que la selección tiene algo en juego o solo son partidos de trámite. Frente a Georgia, la fiesta la pagó el más inocente: Gavi. O, en su defecto, el Barça, el club que asume el coste del futbolista.

Una vergüenza en toda regla que espero sirva para aprender la lección: ni hay superdotados en el mundo del fútbol ni nadie es imprescindible en un partido de trámite. Por cierto, eso de que Gavi siempre quiere jugar cuando está bien.... también debe pasar a mejor vida.