La selección rompe todos los pronósticos

Lorenzo Brown, líder de España en el Eurobasket

Lorenzo Brown, líder de España en el Eurobasket / EFE

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

BROWN SE DOCTORA

Una locura de partido. Hacía tiempo que no veía un duelo con tantas, y tan abultadas, alternancias en el marcador. Tan buen punto, España era capaz de endosar un 10-0 a los alemanes, como acto seguido recibir un 0-12 desfavorable. Un partido muy vistoso y espectacular, en los que los hombres de Scariolo demostraron estar en una muy buena dinámica y, sobre todo, cuentan con un juego más colectivo que sus rivales.

Pero, a la hora de la verdad, en encuentros de estas características es bastante frecuente que aparezca un líder que asuma la responsabilidad a la hora de anotar. Como casi siempre, este papel estaba destinado a Brown. Durante gran parte del parido, fue Schroder fue amo y señor del ritmo del partido. Pero, pasito a pasito, Brown fue cogiendo protagonismo, para acabar, cuando tocaba, siendo el referente de los suyos y jugándose todas las posesiones trascendentes. Y cuanto más crecía Brown, más empequeñeció Schroder.

Sus 29 puntos, de los 91 totales, y 6 asistencias, fueron claves para llevar a la selección a la gran final. Una trayectoria que, creo, que ni los más optimistas, antes de comenzar el torneo, podían imaginar. Una final, sin duda, muy merecida.

EL TRIUNFO DEL COLECTIVO

La selección sabe que siempre tendrá su oportunidad. Ha aprendido a sufrir cuando las cosas mal dadas, consciente de que, desde la defensa y su agresividad, serán capaces de dar la vuelta a la dinámica negativa. Los alemanes se quedaron sin gasolina cuando Schroder quedó fundido por el cansancio y la férrea defensa española.

En esos momentos decisivos, ni Obst, ni Wagner recogieron en testigo, y la selección alemana dejó de funcionar. En cambio, por parte española, además de la estratosférica actuación de Brown, siempre hubo varias piezas preparadas para sumar en el marcador. Los hermanos Hernangómez, Díaz, pletórico también en defensa, Brizuela, López Aróstegui o el mismo Rudy, tuvieron sus minutos de protagonismo.

Fue un trabajo de grupo, ante un juego más individualista de los alemanes. Esta cualidad del equipo español es la que le debe servir para enfrentarse a un rival tan cualificado como la selección francesa. Un equipo plagado de ”estrellas”, pero que muchas veces peca de una cierta anarquía. En una final no hay favoritismos. Y Scariolo sabe que está a su gran oportunidad. Llevarse un título por el que, a priori, nadie apostaba.