Opinión

La rotación perversa

Xavi, en un momento del Mallorca - Barça del pasado martes en Son Moix

Xavi, en un momento del Mallorca - Barça del pasado martes en Son Moix / Javi Ferrándiz

El debate está en la calle: ¿Es conveniente rotar jugadores que han demostrado máxima excelencia en el partido anterior por el mero hecho de entrar en una rueda de descanso y alivio físico?

La respuesta inmediata sería: Depende, ¿Y de qué depende, como decía nuestro añorado Pau Donés? Pues en este caso y a diferencia de la canción, no depende del “según como se mire” sino del desgaste acumulado por cada jugador, su intensidad en el verde, el papel particular que realiza, la trascendencia de su juego, la ambición coral del equipo, los objetivos marcados y el análisis del entorno, tanto a nivel del siguiente partido en el calendario como del momento que atraviesan los rivales directos en la competición…

Llámenme incauto, imprudente o insaciable, pero para un servidor y en el marco del primer mes de competición, hay rotaciones que ni entiendo ni comparto si queremos atemorizar y amedrentar a nuestro máximo rival que aguanta a base de favores arbitrales, rebotes que hasta ahora acaban en Bellingham o la rendición prematura de algún rival que aun oliendo a sangre y viéndolo moribundo, no acaban de salir de su madriguera a hincar el diente por miedo al tamaño de la presa blanca.

Señores, el futbol ha cambiado, no existe aún agotamiento alguno en la 7ª jornada, los jugadores por praxis, por dieta, por hábitos y por preparación física son auténticos atletas, y un deporte que permitía no hace tanto dos cambios, pasó a permitir tres, y con la pandemia ha acabado tolerando… ¡¡¡Cinco!!!

Cinco cambios por partido, significa cambiar a tu antojo cada jornada la mitad exacta de los jugadores de campo en tiempo y forma que te convenga, y administrar, con esta proteccionista normativa, la salud, el reposo y la gestión de unos preparadísimos jugadores. Estamos aun en el mes de septiembre, hagamos las rotaciones en el campo no en un once titular que ha pasado de encandilar a inquietar, de golear a sufrir…

No. No me he vuelto loco.

Habrá partidos más cómodos, en casa, donde te convenga un retoque u otro, partidos en que el resultado ya en la primera parte te permita jugar con el banquillo, pero si hemos dado con la clave no la pongamos de salida en riesgo por rotaciones abruptas y no imprescindibles en un once titular que acababa de sorprender al mundo entero y mostraba una fiabilidad que hacía años que no encontrábamos.

Míster, el éxito es suyo: Ha levantado todo un templo con ladrillos que otros han tirado, pero manténgalo erguido, tiempo habrá para reformas.