Opinión

El Real Madrid humilla a Soto Grado

Acusar al árbitro del clásico de favorecer al Barça es su forma de demostrar quién manda

Los blancos se saben impunes, pero quieren que el resto de la humanidad también lo sepa

¡Surrealista! Real Madrid TV carga contra Soto Grado tras el clásico

Los jugadores del Barça protestan a Soto Grado tras el penalti señalado por el árbitro

Los jugadores del Barça protestan a Soto Grado tras el penalti señalado por el árbitro / Valentí Enrich

Winston Smith acaba sus días en una sala lúgubre, creo recordar, encapuchado con un saco lleno de ratas, quizá solo fuera una, que completan (o completa) físicamente el lavado de cerebro que ejerce el brutal sistema totalitario imaginado por George Orwell en 1984. Aquel final es una oda, aunque hay quien lo ve distinto, a la desesperanza. El poder siempre gana y no le basta ejercerlo e imponerlo, sino que necesita demostrarse a sí mismo y a quienes lo padecen quién manda.

El fútbol español ha asimilado ya sin rubor los ejercicios preventivos que el Real Madrid ha realizado durante toda la temporada a través de su canal de propaganda, Real Madrid TV. Señalados, uno tras otro, los árbitros elegidos para dirigir a los blancos en la Liga han sucumbido a la presión ejercida por esta entidad, precursora de los clubs-estado a nivel europeo, semana tras semana. Tener el poder no sirve de nada si no se ejerce y Florentino Pérez es quien mejor lo ha entendido.

Las polémicas de Soto Grado en el clásico del Bernabéu

Las polémicas de Soto Grado en el clásico del Bernabéu / SPORT

Por eso este martes, dos días después de que Soto Grado realizara exactamente aquello que se le pedía en el vídeo que le dedicaron antes del clásico, que todas y cada una de sus decisiones favorecieran al Real Madrid, el club blanco ha vuelto a llamar a su puerta. Sin pestañear, quienes manipulan al estamento arbitral a su antojo han emitido una nueva queja señalando al riojano, humillándole y acusándole de haber favorecido al Barça. No es una justificación posterior a lo que todo el mundo vio, sino su forma de demostrar quién manda. El futuro campeón de una Liga manchada se sabe impune, pero también quiere que el resto de la humanidad sepa que lo es.