El proyecto de Valverde sigue creciendo

El Barça conquistó un punto de oro ante el Atlético

El Barça conquistó un punto de oro ante el Atlético / Joan Monfort

Ernest Folch

Ernest Folch

No, el Barça no se dejó dos puntos. En el Wanda conquistó un punto de oro, que al final pudieron ser tres, en un encuentro que en realidad fueron dos muy diferentes. Valverde sacó un once inicial sorprendente, con André Gomes de falso extremo derecho, en una posición en la que en la primera parte aportó poco, pero en la que al menos no naufragó como en el Bernabéu.

En la primera hora de partido el Barça dominó el juego y tuvo la posesión pero volvió a ser un equipo lento y previsible y con muchas dificultades para construir ocasiones más allá de las que inventa Messi. El astro argentino, que volvía tras su proeza con la albiceleste, fue el único que creaba peligro, con otro palo incluido, ante la cerrada y eficaz defensa de Simeone. La sensación es que al Barça le hacía falta una enormidad para crear media ocasión y el Atlético, replegado atrás sin demasiados sufrimientos, podía marcar en cualquier momento.

Hasta que Valverde revolucionó el encuentro con tres cambios y empezó un nuevo partido: Sergi Roberto se adueñó de una banda derecha atascada por André Gomes, que se fue a la izquierda, y mejoró entonces sus prestaciones en el mismo momento en que el equipo se puso a tono. La sacudida de Valverde sirvió para que Suárez volviera a su posición natural de delantero centro, desde la que marcó un enorme gol y tuvo todas las ocasiones que no había tenido hasta entonces. Y es que Suárez había navegado demasiado escorado en la banda izquierda y lejos del área, el único hábitat en el que es letal. Tras el gol de Suárez, el Barça desató una tormenta de juego, y si no se llevó la victoria fue únicamente porque se quedó sin tiempo. En el Wanda el Barça de Valverde mostró su peor y su mejor cara. En la primera hora se le vieron tics que ya había mostrado en partidos anteriores, especialmente en la victoria en casa ante el Eibar, y mostró demasiadas dificultades para generar juego y ocasiones de gol: enseñó que es un equipo sólido, protegido una vez más por las manos salvadoras de Ter Stegen, y que ataca y defiende a través del balón, pero con dificultades para encontrar soluciones más allá de lo que invente Messi. En cambio, cuando se echó sin complejos hacia la portería de Oblak, se mostró como un equipo letal, que mereció la victoria en un partido que había tenido medio perdido. En cualquier caso, era un examen muy difícil y Valverde lo pasó con nota. Su proyecto sigue creciendo